El padre de la novia, por Orlando Viera-Blanco

 

Orlando Viera-Blanco @ovierablanco

“Por estar ella feliz lo estoy yo. Sólo pido a Dios que me de salud para devolverte el trozo de libertad que las circunstancias no me dejaron darle con ello el océano de amor que aún le debo…”

Muchos han visto la película El Padre de la Novia (original de Vincente Minnelli-1950-con Spencer Tracy y Elizabeth Taylor), reeditada en 1991 con el extraordinario comediante, Steve Martin. Para ese entonces-1991-venia en camino mi primera hija por lo que George Stanley Banks-padre de Kay-no me produjo ninguna angustia. Por el contrario. Celebré no ser aquel padre emborrachado de nostalgias, persuadido sí, que algún día me ocurriría. Y pasó. Hace algunos días mi hija me ha dicho (bueno, antes lo he sabido por Instagram): “Papi me caso”. Una invasión de recuerdos paralizó mi humanidad. Pero también rémoras…





MAS HIJO QUE PADRE

Hoy comienzo a vivir en carne propia cada escena del script de Nancy Meyers. Sin estar siquiera en los preparativos de la boda, cada día amanezco con una imagen de mi hija desde que nació. “!Es una morenaza!” exclamó papá quien estuvo en pabellón. Está sanita…Ese día me enteré de “un no se que” que no veía el eco, y que contrario a cualquier pronóstico, trajo al mundo una niña que ha sido bendecida por la salud y la inteligencia de los dioses. Una infanta que se hacia mujer con la misma mirada penetrante, inmensa, cautivadora e inquisidora con la que nació…Reservada y discreta, con una sonrisa cascada de frescura y solvencia. Siempre le gustó ir en mis hombros. Al Ávila, al volcán o a los parques. Desde esos días no he dejado de cargarla…Nunca conoció otro laurel que un cum laude y jamás ha dado un paso al frente sin pensarlo cien veces…Que diferente es mi hija a mi. Y que orgullo siento que así sea. Porque de ella he sido más hijo que padre…

Desde que supimos que vendría al mundo se convirtió en una gran ilusión. Era la primogénita, la primera nieta de ambos troncos familiares, la primera sobrina, en fin, la primera experiencia de un matrimonio muy joven. Y con ella comenzamos a vivir otra historia. A menos de un mes de su nacimiento-el 4F de 1992-amaneció de golpe. Meses más tardes-27N-otro levantamiento. Aquella madrugadas me fui a su cuarto. Dormía inocentemente. Me dije y le die: No nos viene un futuro fácil hija. Esto se complicó. Y en efecto a partir de esas fechas, no ha habido un sólo día de paz y sensatez. Comenzaba una larga letanía que aun no termina. Y ya ella se casa…

UNA GENERACION GOLPEADA

Nuestra generación fue amputada desde el debut de Hugo Chávez (1992). En el momento más productivo y prolífero de nuestras vidas. Nuestros hijos han crecido permutando felicidad por violencia. Nosotros los padres de la generación de los 80 hemos tenido que reinventarnos como profesionales y como ciudadanos, dentro y fuera de Venezuela. No conozco a otra expresión que la palabra crisis desde 1992. Y en medio de estas injustas turbulencias nos tocó criar a nuestros hijos. Quiebres en los que con mucha tristeza y sacrificio hemos hecho sus maletas y les hemos visto marchar.

A diferencia de El Padre de la Novia hoy me invaden otras añoranzas, si acaso soledades. Anécdotas no vividas…No viví con mi hija ‘lo que vivió’ George Banks. Más cenas en casa. Experiencias de su universidad. Consagrar sus logros, sus ideas. Disipar sus miedos. Ir domingos a misa o a un partido de beisbol. O subir Sabas Nieves (ya no en mis hombros). La distancia no me dejó disfrutar a mi hija tanto como yo disfrute a mis padres. Ella ha tenido que amanecer a ritmo de un despertador, no de la mano o la voz de su papá. Ha tenido que hacerse su café, su desayudo, su agenda ¡y sus decisiones! Ha tenido que resolver sola desde los 18 años de edad. Y ese vacío lo llevo en el alma…

Ahora soy el padre de una novia que tiene sus hermanos en Canadá o en EEUU, más tíos, primos, abuelos y amigos desde Venezuela hasta Australia. Encuentros y desencuentros difíciles de armonizar en una Venezuela desintegrada. Sin embargo un recuerdo no se escapa de mi cabeza. El día de su primer llanto a las horas de nacer y el día de sus ojos aguados minutos antes de partir. Esos días también lloré….solo.

UN PADRE DE UNA NOVIA FELIZ

Pero también soy el padre de una novia que a pesar de lo duro que nos ha tocado hemos salido adelante. Ellos además, dentro o fuera del país han demostrado su fuerza y su talento. Fortaleza que viene de sus casas y orgullo país que le supimos sembrar. Una generación [la milenio, la esperanza] que en medio de sus tempestades ha sobrevivido y triunfado en cada escenario…Mis hijos han nacido y crecido en la dificultad, es cierto. Pero ha sido una cumbre que les ha hecho resilientes, fajadores, determinados. Mismo talante que al día siguiente de salir de este asalto histórico a la república demostrará el tipo de sangre que pasa por sus venas, de que va la fibra de su corazón y como harán las cosas para redimir y refundar Venezuela. Así recordaré lo no vivido porque recuperaremos el tiempo perdido, con mis hijos y sus hijos.

Por estar ella feliz lo estoy yo. Sólo pido a dios que me de salud para devolverte el trozo de libertad que las circunstancias no me dejaron darle y con ello el océano de amor que aún le debo. Ese momento estar por llegar como se aproxima el día que su fresca sonrisa y penetrante mirada se fijará en otro. No pasa nada. Es la regla de la vida. Y la celebro aun padeciendo las ausencias. Porque todo volverá donde comenzó. En casa. Dios te bendiga…

@ovierablanco