Nicolás Maduro se encuentra de visita en Turquía, con motivo de la toma de posesión del presidente Recep Tayyip Erdogan, y con el interés de “fortalecer la inversión en materia minera, agrícola y turística”.
Para disfrutar de cerca la belleza de Estambul, ciudad más poblada d e este país, Maduro se hospedó en un hotel de lujo, que seguramente ningún venezolano podría pagar. Su discurso socialista guarda muy poca coherencia con las maravillas que ofrece esta red hotelera.
El hotel Prestige Hotel oh The World, que agrupa 453 elegantes habitaciones de decoración chic, cuenta con dos piscinas y un spa con sauna, baño turco y cabinas de vapor.
Además de sus spas y restaurantes el hotel cuenta con servicio de conserjería, una gran piscina cubierta y otra al aire libre, así como un fitness center.
Actualmente muchos venezolanos sufren una grave crisis alimentaria debido a la inflación que atraviesa el país, pero en su viaje, Maduro contrastó esta realidad en un ambiente con el “clásico té de las cinco de la tarde” acompañado por una exquisita pastelería y música de piano en vivo, rodeado de una decoración clásica y con el Bósforo como telón de fondo.
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