Cambio profundo, por Luis Velázquez Alvaray

Cambio profundo, por Luis Velázquez Alvaray

La Asamblea Nacional ha planteado la necesidad de un cambio radical en el Estado Venezolano. El Diputado José Guerra habla de hecatombe y las cifras ya dejan corta cualquier apreciación.

La dictadura es un volcán cuya lava maligna destruye todo a su paso, sin una sola medida sensata, sin un gesto humano. Son expertos hiperinflacionarios, arquitectos de la destrucción.





La esperanza se hace sentir en las voces de destacados profesionales como el Doctor Hausmann, que trabaja en un plan de rescate a ser desarrollado a la caída inminente del tirano.

Cedice, observatorio económico, de connotados expertos como el Doctor Asdrubal Oliveros, ha propuesto una reforma que afirme la credibilidad en el sistema tributario, que reduzca la dependencia del petróleo y se enfoque hacía la recuperación de la política fiscal, como herramienta del crecimiento económico, que frene el gasto y sus políticas regresivas.

Ha insistido el Diputado Guerra en el fracaso de la reconversión, demostrando con suficientes ejemplos, el desastre de la dictadura, que anuncia nuevos conos monetarios, sin prepararse para tal fin, generando caos y un oleaje recesivo sin precedentes, eliminando ceros como si fuera un juego perverso, que fluctúa entre la ignorancia y la maldad del pelotón que nos gobierna. La economía ha estado dirigida por depredadores, que se han encargado de llevarnos a la pobreza crítica de hoy.

Las bandas cambiarias son el andamiaje de este desastre infinito. De allí que es imposible la unificación. El Banco Central, que debería ser el órgano para la disciplina fiscal, es un ente regresivo y desconocedor absoluto de sus atribuciones.

La locura dictatorial no tiene fin. Sin política energética, la industria petrolera fue desmantelada, convertida en chatarra bajo el mando de unos guardias nacionales, que le han pegado un duro golpe en la frente al antiguo emporio, cuyos técnicos fundadores se formaron en los mejores centros de investigación, haciendo de PDVSA una empresa de empuje y positividad.

Son muchos los especialistas con los que contamos para reconvertir a Venezuela en una tierra de vuelta para las nuevas generaciones. Viene un cambio estructural.