Jueza de Kamel Salame, procesada penalmente (I), por Robert Alvarado

Las cuatro características del juez: escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente. Sócrates.

La putrefacción del Sistema Judicial Venezolano ha sido un tema recurrente en mis artículos, he denunciado casos específicos de diferentes latitudes, inclusive revelé negocios turbios atribuidos al Presidente del TSJ y cómo buscaba asegurarse la nacionalidad italiana. Esta vez me ocuparé de los delitos de una Jueza, después de venir advirtiendo sobre su talante criminal por más de un quinquenio, como quedó demostrado con su detención luego de cobrar 7 mil dólares por resolver un caso que manejaba su despacho.

Hablo de Mary Carmen Amarista Herrera, Jueza Quinto de Juicio del Estado Aragua, quien de manera invariable ha negado justicia al preso político Kamel Salame, sabiendo que el Ministerio Público desechó la presunción empleada para encarcelarlo. Ella rechazó la cautelar que le otorgó la CIDH-OEA, también las peticiones de la Defensoría del Pueblo y el Ministerio Público para que lo dejara en libertad. Toda una joyita, negociaba con homicidas como el Niño Guerrero o su hermano, Edson Amarista, un fratricida confeso, que asesinó a su hermano Gabriel a puñaladas, pero no pagó cárcel gracias a ella.





Su detención confirma que la causa penal seguida a Kamel Salame fue tramitada por delincuentes. Jesús José Capote y Jimmy Goite, fungiendo como titular y auxiliar de la Fiscalía 61° Nacional, montaron el expediente sembrando la presunción de legitimación de capitales producto del narcotráfico, apuraron la incautación de bienes, suspendieron actos del proceso y junto con el prófugo Aponte Aponte radicaron el caso en Aragua, donde cayó en manos de esta “infame jueza” (como la llamó el Dr. Carlos Ramírez López). Capote fue destituido y a Goite se le abrió un proceso disciplinario por “instrucción amañada de expedientes”, luego de una argucia que idearon en perjuicio de Jalousie Fondacci, viuda del editor Rubén Gamarra.

Samuel Alfonso Acuña Lara, sucesor de Capote, famoso por actuar en el insólito caso de Carlos Ramos, el “falso positivo” del Gobierno en las guarimbas de 2014, dejó el cargo en extrañas circunstancias, luego de lo cual fue asistido por la hija de un gran amigo mío ante un tribunal penal de Caracas. Le siguió Luis Verde, destituido y con prohibición de salida del país presuntamente por integrar el entramado de corrupción y extorsión hecho del conocimiento público después de fugarse la supuesta cabecilla.
El sobrino de Luisa Estela Morales, ex presidenta del TSJ, Esau Alejandro Alba Morales, Fiscal 10º de Yaracuy, no tiene comparación, fue privado de libertad por extorsión, le solicitó 40 millones de bolívares a una comerciante, a cambio de no vincularla a un caso de drogas. La periodista Jenny Oropeza a través de su cuenta Twitter informó “la detención de Alba Morales en posesión de 8 kilos de cocaína y 25 mil dólares en efectivo, que habrían sido obtenidos mediante estafa a sus diversas víctimas”.

Él despojó de todos sus bienes a Salame usando la falsa presunción desestimada a posteriori por la Fiscalía.
El común denominador de tan funestos fiscales: ser funcionarios de confianza de la neo quijotesca defensora del orden constitucional y los derechos humanos. En tanto que la Jueza Amarista Herrera, de 38 años de edad, con un poco más de 10 años en el Poder Judicial, el mismo tiempo que ha tenido preso a Kamel Salame sin derechos ni garantías, sería la protegida de la magistrada Marjorie Calderón De Viamonte, que “saltó a la fama al firmar la condena a 30 años de prisión para los comisarios acusados de homicidio por los sucesos del 11 de abril de 2002”. ¡De tal palo tal astilla!, son comadres de sacramento, pero les vendría mejor aquello de “uña y mugre”.

En torno a un caso de sicariato llevado por la Fiscalía 32° del Estado Aragua surgió una trama que condujo a la detención de la Jueza. Estos son los hechos:

El domingo 8 de julio del presente año, hubo revuelo en el Palacio de Justicia de Aragua, un abogado que había sido Fiscal del Ministerio Público estaba siendo presentado por una presunta extorsión, en el lugar se encontraba un grupo grande de abogados rechazando ese acto. Al abogado, de nombre Víctor, su cliente lo denunció por extorsión. ¿El abogado qué le dijo al cliente? Le habría dicho: “mire usted tiene una orden de aprehensión por sicariato, yo te puedo ayudar con la juez en el caso”.

La orden de aprehensión existía, era cierta. El cliente se fue para el GAES, denunció al abogado y le montaron un procedimiento por extorsión. El caso ya estaba en juicio y lo llevaba el Tribunal Quinto, a cargo de la Jueza Amarista Herrera y parte del dinero convenido sería para ella. El GAES también materializó la orden de aprehensión, detuvo al cliente convertido en denunciante, pero que no tenía cualidad porque el requerimiento en su contra era real al presumírsele sicario, el determinador, en el caso llevado por la Fiscalía 32° de Aragua.

En la Audiencia de Presentación del presunto sicario, por cierto, de ascendencia árabe, él dijo, la Jueza pidió 7 mil dólares y el abogado 9 mil, y yo le pagué 7 a la Jueza, terminó la audiencia y la fueron a buscar ahí mismo en el Palacio de Justicia. Terminaron presentándolo el miércoles 11 de Julio de 2018 porque los abogados impidieron que lo hicieran antes, dijeron que quien defendiera a ese hombre no iba a ejercer más en Aragua.

Casualmente ese día tenía fijada audiencia Kamel Salame, fue suspendida, la Jueza sabía el problema que se le venía encima con la presentación de aquel señor, en efecto, ese día terminaron presos el abogado, el denunciante, que no era tal, y la Jueza Mary Carmen Amarista. Trascendió que sería imputada por los delitos de “extorsión agravada, suposición de valimiento y asociación para delinquir”. Correspondió al Tribunal 10° de Control de Caracas conocer del caso, a cargo de la abogada Joseline Flores Algarin, desde ya se rumora que saldrá en libertad.

Con la comadre y los otros padrinos que tiene no sería nada extraño verla revestida de un manto de impunidad. Sin embargo, recuerdo que en una ocasión, en sala, un colega abogado, ante tantos atropellos de su parte, le dijo: “la veré en el INOF”. To be continued.