Helsinki amanece entre fuertes medidas de seguridad a la espera de la cumbre Trump-Putin

Varios activistas se manifiestan por los derechos humanos y la democracia en Helsinki, Finlandia. Los presidentes de EEUU, Donald Trump, y de Rusia, Vladímir Putin, celebran su primera cumbre formal // FOTO EFE/ Pekka Sipola

 

Helsinki amaneció este lunes entre fuertes medidas de seguridad a la espera de que se inicie la cumbre entre el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su colega estadounidense, Donald Trump, que empezará a las 13.20 hora local con una recepción oficial en el Palacio Presidencial. EFE

El centro de la capital finlandesa -donde se encuentra la antigua residencia de los zares rusos que albergará la cita- se ha convertido en peatonal por un día tras ser cerrado incluso para el transporte público.





La policía ha acordonado los alrededores del Palacio Presidencial y el popular mercado de Helsinki, uno de los polos de atracción para el turismo, ha quedado cerrado al público.

También se ha suspendido el transporte marítimo entre Helsinki y las islas aledañas, ya que el puerto también se encuentra a pocos metros del Palacio Presidencial.

Las medidas de seguridad llegan a tal extremo que las autoridades han recomendado a los habitantes de la ciudad no asomarse por las ventanas al paso de los cortejos de Putin y Trump.

Los dos líderes que celebran hoy su primera cumbre despiertan muchas controversias en todo el mundo y estos días le ha tocado a Helsinki convertirse en el lugar donde se exprese el rechazo a los dos hombres que deciden en buena medida los destinos del planeta.

Casi 2.000 personas marcharon ayer por el centro para lanzar denuncias tan distintas como la política migratoria de Trump, las guerras en Siria y Ucrania, la falta de libertades en Rusia o la homofobia alentada por el Kremlin.

Esta mañana, un grupo de ucranianos residentes en Helsinki convocó una protesta contra Putin en el céntrico parque Esplanadi, pero sólo nueve personas acudieron a la cita, como pudo ver Efe.

Alrededor del mediodía está previsto el inicio de otra marcha de protesta bajo el lema “Helsinki contra Putin y Trump“, que empezará en un parque cercano a la estación de tren de Helskinki y concluirá a las puertas del Palacio “Finlandia Hall”, desde el que más de 1.500 periodistas de todo el mundo cubren la cumbre.

Las protestas no fueron los únicos mensajes para Trump y Putin: el principal diario finlandés, Helsingin Sanomat, imprimió en decenas de vallas publicitarias el mensaje en inglés y ruso “Señor presidente, bienvenido a la tierra de la libertad de prensa”, junto a titulares sobre políticas de ambos líderes que minan ese derecho.

“Todo el mundo está mirando”, reza en inglés un vídeo proyectado desde la pasada madrugada en un edificio muy cercano al Palacio Presidencial por activistas de los derechos humanos.

Mientras, la capital finlandesa y los comercios locales han visto en la cumbre una inmejorable oportunidad para promocionar la ciudad y el país como destino turístico.

Los periodistas llegados de más de 60 países han sido recibidos por todo lo alto en Helsinki, que ofrece a los informadores todo tipo de comodidades en el centro de prensa desplegado en el “Finlandia Hall”.

El recinto se convirtió anoche en un extraordinario lugar para ver la final del Mundial en una gran pantalla, y los anfitriones agasajaron a los periodistas con delicias gastronómicas autóctonas.

Las tiendas de regalos han tenido poco tiempo para sacar a la venta recuerdos de la cumbre, que se celebra sólo dos semanas después de su convocatoria, pero los más hábiles ya han colocado en sus estanterías camisetas, gorras y otros objetos relacionados con la gran cita.

La céntrica tienda Kankurin Tupa luce en su escaparate una camiseta con fotos de los dos líderes y la palabra “cumbre” en mayúsculas y con letras doradas, a 25,90 euros.

“Se ha vendido mucho. Creo que la gente espera poder revenderla por mucho más, dependiendo de cómo vaya la cumbre”, afirmó ayer a Efe la dependienta del local, Susanna.

Una pequeña fábrica cervecera finlandesa ha sacado al mercado una edición limitada de cerveza con el lema “Let’s settle this like adults” (Resolvamos esto como adultos), en cuya etiqueta se puede ver las caricaturas de Putin y Trump saludándose con el puño, mientras que en la parte de abajo se lee “Making lager great again” (Hagamos de nuevo grande a la cerveza).