Sobre la inclusión de género, por Enrique Viloria Vera

Sobre la inclusión de género, por Enrique Viloria Vera

 

                                                                               

Me llamo a mí mismo ‘hombre feminista’. ¿No es así como se llama a alguien que lucha por los derechos de las mujeres?

Dalai Lama.

 

No sin cierta estupefacción, observo el apasionado debate, que no sin razón, llevan a cabo las feministas españolas y los que decididamente las apoyan, a fin de revisar todo aquello que se perciba como machista, incluyendo la ya muy moderna constitución española, que ha generado un debate ente algunos reputados académicos de la lengua española.

Sin ningún afán injerencista y con todo el respeto debido, aportó esta modesta contribución desde la perspectiva de un espectador iberoamericano:

  1. Morigerar el uso indiscriminado de macho para referirse al otro o a la otra, propongo distinguir entre macho y hembra, así como muy acertadamente se utiliza el tío y la tía.
  2. Feminizar los apellidos, a saber:
  1. Saludamos la igualdad de género en términos como mar, sartén, azúcar, y algún otro que se me escapa.
  2. Ciertamente que no es fácil la total igualdad, hay términos poco susceptibles de feminización, como arroz, pan, chocolate, lomo o trigo y muchos más, pero un esfuerzo lingüístico vale la pena como el de coche y carroza son un buen ejemplo.

Sin embargo, es bueno tener presente esta cita de la pluma de una mujer militante:

Si alguien considera estar limitado por su género, raza u origen, se volverá aún más limitado.

Carly Fiorina, política estadounidense y presidenta de la organización sin ánimo de lucro Good360.

 

 

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