Venezuela necesita un nuevo liderazgo, por Nelson A. Pérez V.

Venezuela necesita un nuevo liderazgo, por Nelson A. Pérez V.

La tragedia de ingobernabilidad, corrupción, desgobierno, despotismo, estatismo y narcotráfico que hoy vive Venezuela no es un hecho aislado o un simple momento trágico en nuestra historia republicana.
Es el resultado de muchos años de rentísmo petrolero, se inicia con el embargo petrolero de los países árabes, al principio de la década de los años 70 del siglo pasado, que disparó los precios de los hidrocarburos a nivel internacional como nunca antes. Las góndolas de petrodólares entraron al país con sus altas y bajas en la botija. Fueron modulando un liderazgo político rentista que se movía y se mueve al vaivén de los precios de los hidrocarburos. Toda la formulación y evaluación de los presupuestos de ingresos y gastos formulados por los gobiernos de turno, estaban basados en el nivel de los precios del petróleo y de la recaudación fiscal interna. Las reservas Internacionales variable fundamental para definir la paridad cambiaria y el nivel de los precios de bienes y servicios que consumimos dependen de los precios de los hidrocarburos. Por lo tanto la inflación es hermana siamesa de los ingresos petroleros y del nivel de gasto de la economía.

La única planificación quinquenal y anual, seria, que hubo en el país para desarrollar, en gran medida, nuestras infraestructura productiva y de servicios, hablamos de Siderúrgica de Guayana, el Gurí, electricidad, petroquímicas, telecomunicaciones, vialidad, transporte, salud, educación, etc. fueron concebidas en la década de los años 60 y concluidas, en parte, en los años 70 y principio de los años 80. De allí en adelante el barraco económico y el desmadre social.





El denominado viernes negro (febrero de 1983), en que llego la inflación para quedarse como variables perenne en la economía venezolana, trajo consigo un liderazgo político que solo sirvió para jugar, cual malabaristas, con variables macroeconómicas como: caída de las reservas internacionales, devaluación del signo monetario, liquidez monetaria, incremento en los niveles de los precios de los bienes y servicios, altibajos en el poder adquisitivo del ciudadano, déficit fiscal, déficit en tesorería, deuda externa e interna creciente, etc, etc. Con ello crisis recurrentes, marginalidad, desmejoramiento en la calidad educativa, decadencia en los servicios de salud, etc. El sector terciario importador se apoderó de la economía y aplastó literalmente al sector manufacturero público y privado. En ese esquema de ineficiencia económica y social se educó gran parte del liderazgo político venezolano que hoy es opositor. Todo ello sirvió como caldo de cultivo para que surgiera otro liderazgo peor del que le sirvió de trampolín: Chávez y sus secuaces.

Hoy el país decente se enfrenta a un futuro incierto y desolador en busca de una salida verdaderamente democrática a la más profunda crisis social y económica nunca vivida por el pueblo en toda su historia desde la época independentista.

Loa actores fundamentales de la MUD son los mismos que propiciaron los desgobiernos de la denominada cuarta república. En esencia su comportamiento en la mesa de la unidad es expresión genuina de lo que siempre fueron y son. Oportunistas, demagogos, corruptos, narcisistas, etc.

El noble pueblo venezolano les dio una gran oportunidad en diciembre del año 2015, entregándole en sus manos la Asamblea Nacional. Bueno se engolosinaron, y en vez de procurar, con todo el poder y respaldo popular que ostentaban, solicitar las inmediatas elecciones de gobernadores. Decidieron sacar a Maduro en 6 meses, es decir; el atajo más difícil, más controversial que le daba al régimen espacios para el combate con el réferi a su favor. Por supuesto se pierde la pelea. Luego el referéndum revocatorio del cual no se ponía de acuerdo y el gobierno se los negó. El pueblo los apoya y se inician las marchas cívicas y contundentes. Se encona un pugilato por el liderazgo en la conducción de manifestaciones masivas contra el régimen. Un día pronunciaban unas estrategias de lucha y otro día la cambiaban sin son ni ton. Sin embargo el pueblo aguerrido allí en la calle, acompañándolos en el combate ciudadano. Por un lado los adecos, por otro Voluntad Popular, más allá primero Justicia, en la otra esquina Un nuevo Tiempo, bueno pues, un sancocho de pescado ligado con espagueti y cruzado de res. Al final más de 150 jóvenes asesinados por el régimen. Ese fue el trágico saldo de la más importante jornada de actuación popular contra la dictadura de Maduro.

De allí en adelante la desesperanza popular ante tanta debilidad y enfrentamiento entre los líderes de los partidos de oposición. En esta situación de debilidad política las tenazas del régimen funcionaron automáticamente: inhabilitaciones, persecución, muerte, invalidación de partidos políticos, fraude electoral, diálogos para el despiste y ganar tiempo, etc. En ese escenario de lucha en que el régimen encajonó a la oposición se cumple el dicho popular: “después de ojo sacado no vale Santa lucia”.
En las pasadas elecciones presidenciales el pueblo obstinado de tanta incertidumbre y falta de liderazgo decidió mayoritariamente abstenerse de votar, fue una conducta espontanea del pueblo que no cree en la oposición ni en los procesos electorales montados por el régimen.

Hoy germinan a lo largo y ancho del país protestas por doquier, el pueblo que se organiza espontáneamente contra el hambre y un régimen opresor y dictatorial. Por otro lado el “liderazgo de la MUD” peleando por una botella vacía, con el mismo espectro: discordia, egoísmos, quítate tú pa ponerme yo. El mismo liderazgo amasado de rentísmo petrolero que pretende dirigir el destino de un pueblo que está dispuesto a cambiar, combatir, sin doblegarse pero con otro liderazgo, diferente, progresista, comprometido con el destino del país, su pueblo y una nueva democracia diferente a la cuarta república, la narco dictadura fascista y la aberración del fulano socialismo del siglo XXI.

Bajo esa pugna estéril y estúpida el liderazgo opositor tiene como destino, la cárcel, el destierro, la persecución, la muerte, y sus partidos la perdida de musculo político.

Econ. Nelson A. Pérez Valdivieso.
Miembro del Secretariado Nacional de Movimiento Progresista de Venezuela. MPV.

[email protected]
@nelsonp10050185