El despertar de infantes políticos, por Julio César Castellanos

El despertar de infantes políticos, por Julio César Castellanos

Los infantes políticos que sueñan con una “Intervención Militar Internacional” contra la satrapía que nos oprime están a punto de despertar con una dosis inclemente de Realpolitik. Y lo de infantes no solo aplica para jóvenes idealistas, victimas tanto de la represión como de quienes los usan como carne de cañón, también son infantes los viejos dirigentes de nuestra derecha tropical que no acompañan sus pobres discursos con la experiencia que delatan sus canas.

El Departamento del Tesoro norteamericano levantó las restricciones que pesaban sobre los bonos de deuda de PDVSA 2020, a partir de esa decisión, Venezuela podrá honrar sus compromisos con los tenedores de deuda norteamericanos y evitar, si finalmente se concretan esos pagos, que nuestro país pierda el control sobre la estratégica filial CITGO. Quienes lean la decisión gubernamental norteamericana la encontrarán revestida de una retórica engañosamente hostil, pero el resultado es el mismo: Se enfrían las sanciones económicas contra Venezuela.

También cobrarán conciencia de su largo trasnocho los que creen que respaldan a un gobierno “antimperialista” y “revolucionario” porque “ese gobierno” seguro hará todo lo posible por pagarle a sus prestamistas “greengos”. No declarará una “cesación de pagos unilateral para castigar a los imperialistas”, se sentarán cómodamente en sus piernas. ¿Por qué? Porque saben que se mueven los poderosos hilos que apuntan a resolver la renuencia del régimen venezolano a someterse al respeto de la constitución nacional, los estándares internacionales en materia de DDHH y, finalmente, que se practiquen auténticas elecciones (si, una salida pacífica, constitucional y electoral a la crisis). Ese si es el consenso en la comunidad internacional.





Ya sobre esto hay una experiencia histórica: Sudán. Si nos ubicamos en 1997 recordaremos que, obviamente, no había muchos simpatizantes de la persecución religiosa en el Congreso de Estados Unidos y cuando se presentó un proyecto de ley para imponer sanciones a los países donde se persiguen minorías religiosas, nadie dudaba de su eventual aprobación. Uno de los principales países objeto de esas sanciones era Sudán pero, al hacerse público el contenido del proyecto, 12 asociaciones comerciales de USA se unieron en una coalición para detener su avance en su versión más radical.

Ese país produce una rara sustancia natural que se usa en distintos productos manufacturados, la goma arábiga, y el riesgo de afectar empresas y empleos en Estados Unidos “enfrió” la política dura de las sanciones económicas unilaterales. A posteriori, el presidente Clinton dio curso legal a la acción legislativa al emitir una orden presidencial que prohibía el comercio con Sudán pero con una letra chiquita “se permite otorgar licencias de importación a productos que no fuera posible obtener de otra fuente” como la goma arábiga.

Podemos volverlo a recordar, si no es suficientemente comprendido, “los países no tienen amigos, solo intereses”. El despertar de los infantes nos debe conducir a comprender que frente a la dictadura estamos solos, nadie vendrá a socorrernos, nadie hará nuestro trabajo, ante el abismo de una cruel dictadura que prefiere ver morir a los venezolanos enfermos, hacer huir a millones al exilio o meternos presos a todos y quebrarnos a punta de torturas antes que abandonar el poder, nos toca asumir el protagonismo a nosotros, a los venezolanos, al pueblo.

Movilizarnos, hacer asambleas, auspiciar la protesta reivindicativa, exigir con acción política el que se den las garantías necesarias para que el pueblo manifieste su voz en las urnas electorales. La dictadura, que es un régimen negador de la voluntad general, tiene su fin cuando la democracia real se hace presente. Desde fuera, la solidaridad, la presión diplomática es importante, pero sin nosotros reclamando derechos a voz alzada, con el rostro descubierto, con civismo, nada ocurrirá. A despertar infantes, tomemos aire y luchemos desde los partidos para darle camino electoral a nuestro dilema. A ponerle atención a lo que dicen los adecos, en este momento, son los únicos que tienen una brújula en buen estado.

 

Julio Castellanos / [email protected] / @rockypolitica