La “nueva” Política Económica: Más controles, remesas y un fake monetario Por Alexander Guerrero

La “nueva” Política Económica: Más controles, remesas y un fake monetario Por Alexander Guerrero

 

La Nueva Política Económica del Gobierno: más controles, la hiperinflación sin ceros, racionamiento para siempre y las remesas y un fake, el petroleo como respaldo del Petro.

Por Alexander Guerrero E.  @AlexGuerreroE  | Phd Economía

Para todos aquellos quienes comparten parte de confusión por información asimétrica  generada por los anuncios del gobierno de borrar cinco ceros, eliminarlos para siempre, relanzar la economia a un “crecimiento económico soberano”, reformar la Ley de Ilícitos Cambiarios, y colocar al Petro  -un criptoactivo según sus palabras- como pivote del nuevo regimen cambiario, para sostener el control de cambio, -mi conclusión- ergo, el precio del bolivar (dólar), del cual dijo que fluctuaría respecto del Petro, lo cual implica que el control estaría también en el volumen de Petros “transados”.  

A esto se agrega la dificultad en seguir a un Jefe de Estado en relación a su visión de lo económico, alguien sobre quien descansa un considerable volumen de desconfianza, dado el impacto negativo que  sus políticas públicas, las cuales han estado dirigidas a incrementar empeorar la calidad de vida de los venezolanos de medianos y bajos ingresos, al utilizar a la hiperinflación como el impuesto (hiper)inflacionario para pagar las necesidades fiscales de un Estado/Gobierno fallido, sin servicios públicos, además de sus quebradas finanzas públicas.

Sin embargo, en ésta, como en otras oportunidades, el Gobierno se las arregla bajo una especie de decreto ley, eliminar cinco ceros, dejar la expectativa abierta, olvidando que los ceros desaparecerán en precios e ingresos, es decir todo lo que se denomina en dinero. Ciertos sectores de la opinión pública, promueven la creencia que los controles desaparecerían, pero no explican cómo, cuando en realidad el objetivo del gobierno al eliminar cinco ceros es evitar el desenvolvimiento natural que trae la hiperinflación causada el colapso fiscal del gobierno, el desfase entre ingresos –por pérdida del ingreso fiscal petrolero- lo cual solo se podría alcanzar con lo que dijo en su presentación pública el Presidente: sería en un camino de mayores controles.

El curso será similar como opera y funciona la economia cubana. Mayores controles subyacen en sus anuncios de hace dos días, al  indexar la moneda al “Petro” actuando éste como pivote de precios vis a vis la fijación del tipo de cambio Bs/Petros, dado que como el Petro no lo reconoce el mercado de cripto monedas,  lo que en realidad ocurrirá es un arbitraje -del bolívar via Petro- hacia el precio del dólar -como ocurre hoy- y es este precio el cual no podrá ser jamás logrado, porque la hiperinflación no es sólo el violento proceso de depreciar el poder de compra del bolívar (en divisas) sino  que hará el que volumen de bolívares requeridos para comprar un dólar (en el mercado paralelo) siga subiendo al rumbo que trae desde hace más de diez años. En otras palabras, no podrá evitar el impacto de la hiperinflación – con o sin ceros- bajo un violento proceso de pérdida del poder de compra del bolívar que ha puesto a las tres cuartas partes del país en estado de pobreza extrema.

El 2do aspecto de esos “anuncios de cambios” lo constituye una emboscada a los dólares y bolívares que venezolanos en el exterior transfieren a sus familiares en territorio venezolano. El gobierno se prepara para capturar los únicos dólares que dispone potencialmente el mercado de lo que la gente llama remesas y que los remesarios arbitran en el dólar   paralelo, – el “Hawala” venezolano- para hacerles llegar los bolívares a sus familiares.

El gobierno se propone capturar en las transferencias de dólares -bolívares, obligando a la compra de Petros y utilizando este arbitraje comprar los bolívares que llegarían a los familiares en Venezuela de venezolanos en el exterior. La divergencia entre precios acá para los dólares que serán canjeados -vía banca venezolana, preferiblemente pública- la encontraremos en el arbitraje del  precio del Petro en bolívares – dólares- y que quienes envían y reciben remesas preferirían que fuese entre el precio del dólar libre -mercado paralelo- y la conversión del Petro al bolívar arbitrado en el precio del dólar, algo imposible para el objetivo del gobierno de crear un deterrant a la espiral de precios en todo proceso hiperinflacionario.

El precio del bolivar -la moneda local- se moverá, y no lo hará de acuerdo con un mercado por oferta o demanda, porque no habrá manera que ese mercado sea simétrico entre oferentes y demandantes, sino que operaría por decisión administrativa del Gobierno, cuyo objetivo es fijar los precios de los bienes y servicios anclados al tal Petro. En decir, el gobierno estaría transitando hacia un equivalente al régimen cubano, un sistema cambiario dual donde coexisten bajo férreo control la relación de precios entre el peso cubano de 24,7 pesos por dólar y el peso convertible cercano a un dólar. El gobierno busca acomodar el sistema de precios fijos similar al régimen cubano, donde del bolívar sería el “peso cubano” -que no se deprecia- y el Petro como un bolívar convertible, similar al peso cubano convertible. El gobierno adopta de esa manera el régimen cambiario cubano con algunas modalidades que veremos una vez puesto en ejecución.

Por ese camino el Gobierno de Maduro se propone capturar los envíos de dinero a sus familiares en Venezuela que todavía fluyen via mercado del dólar paralelo, y convertir esas transferencias en remesas, que entrarían a Venezuela a través de la banca pública, (y privada). Para así apoderarse de los dólares de esas remesas y canjearlas via Petro a bolívares, a un precio definido administrativamente por el gobierno. De allí que el modelo cambiario cubano encaja en las intenciones del gobierno y vendría envuelto en la definición de los procedimientos y reglas que se impondrían una vez establecido el nuevo cono monetario. EL objetivo del gobierno es capturar cada dólar a través de remesas y evitar que ese dólar vuelva a exportarse por vía normal de una balanza de pagos. Mantener el control de alguna manera es la regla que el gobierno no puede soltar.   

El regimen intenta dar otra vuelta adicional al torniquete de los controles sobre la economía. Buscará evitar los ceros de la hiperinflación, lo cual implica severos controles, lo que repercutiría en mercados negros por doquier, una manera como el mercado reacción ante los controles extremos. Esa diferencia arbitraria a otro evento el precio del dólar adquirido con bolivares. El objetivo de corto plazo es confundir, más allá que la gente aprecie y reconozca el funcionamiento del medio donde sobrevive, conocer la realidad económica venezolana se hace urgentemente necesario, el Gobierno ha aprendido a confundir y engañar no solo a extraños, sino que ya ha acumulado una buena cantidad de propios. De esta manera, el Gobierno modificara la estructura de precios del actual regimen cambiario, caracterizado precisamente por administrar un sistema cambiario donde no hay “cambio” –foreign exchange- es decir, no hay oferta de dólares y por ello poca demanda en el mecanismo cambiario que dirige el BCV y DICOM.

Esta situación no es nueva, lleva el mismo tiempo que lleva Maduro como Presidente y la razón es muy sencilla y muy facil de reconocer, aunque repito, A Maduro le ha sido más facil engañar a propios que a extraños, de alguna forma ha logrado liquidar a la oposición, esta hoy en desbandada.Los cambios presentados por Maduro conllevan a la introducción del “Petro” , una especie de títulos de crédito público, un documento de deuda pública, si le parece más cómodo un bono público, desmaterializado y digitalizado, que le permitirá insumir los dolares via el mecanismo e remesa en la balanza de pagos, y evitar que se sigan distribuyendo a través de miles  de canales que existen con el llamdo “dólar paralelo”, el ‘Hawala venezolano’ que funciona de la misma manera como funciona ese milenario mecanismo de transacciones y transferencias de medios de pago internacional que viene de la India y popularizándose desde el siglo VII en el mundo islámicas .

Para llegar a ese objetivo de capturar esas transferencias en remesas, el Gobierno se ha valido de un evento previo con la intervención de todo el sistema bancario para poder reconstruir una data y el tipo de logística que los bancos han utilizado para que una transferencia de un familiar llegara al familiar esperando en Venezuela y que describo en el párrafo anterior. Esa razzia al sistema financiero y bancario venezolano, busca reconocer los esquemas y mercados mediante los cuales bancos venezolanos con servicios financieros en el exterior, Panamá, USA, Puerto Rico, Colombia, Europa -España e Inglaterra, requieren de una logística que administre un sistema de transacciones en mercado paralelo -similar y en ocasiones el mismo del dólar paralelo.

El gobierno tiene listo el nuevo mercado cambiario funcionamiento y regulaciones (léase controles) y solo espera por los ajustes legales y la logística de casas de cambio que operarían los hipotéticos dólares de las remesas de venezolanos a familiares en Venezuela  Ese régimen cambiario digamos que público, aunque no contaría con la confianza de sus potenciales usuarios, le permitiría al familiar que envía y al que recibe en Venezuela ser filtrado por la banca nacional -preferiblemente publica- y con eso comprar a precio vil cada dólar enviado desde el exterior al venezolano residente en Venezuela.

Para ello el gobierno se servirá de cientos de puntos de compra vía casas de cambios públicas y privadas, enlazando financieramente a los supervisores del sistema con el Petro y a través de sus transacciones los dólares de remesas de dólares por Petros anclar el precio del bolivar (dólar) por arbitraje a un precio que podría estar cerca del precio del dólar en el mercado paralelo. Ese sistema, que es lo que Maduro anunció hace dos días estaría listo y funcionaría como un chantaje a los venezolanos que se verían obligados a transar los dólares de remesas por el sistema que el gobierno ha implementado y que sería arbitrado por el Precio del Petro, mecanismo que opera en el máximo secreto del Estado y por canales que todos desconocemos, generados en operaciones -todas- de lavado de dinero.

Las razones del gobierno para apropiarse de los dolares en remesa son conocidas, esas transacciones que realizan venezolanos en el exterior a sus familiares en Venezuela son el único flujo de divisas que fluye desde el exterior a Venezuela, dado el colapso de la balanza de pagos por caída del ingreso petrolero y el cierre de los flujos de divisas por la posición de default del gobierno venezolano. En ese sentido es evidente que ante la negativa de los venezolanos a convertir esas transacciones de divisas a sus familiares en remesas regulares ha obligado al gobierno en camino de modificar algunas de las reglas del actual control de cambio y obligar a los familiares de venezolanos en el exterior a utilizar las vías regulares del sistema financiero y el BCV para enviar esas remesas.

De esta  manera, ese flujo de divisas en  remesas, estimado en  unos $5.000 -in crescendo- millones de dólares podrían ser controladas por el gobierno, para lo cual anuncio que el mercado cambiario funcionaria atado al Petro especie de Petro especie de criptoactivo del gobierno con él se controlar no  el volumen de flujos por balanza de pagos por remesas sino los precios de la divisas arbitrados por las hipotéticas transacciones de Petros el mercado cambiario que involucraría tipos diferentes de control de cambio.

Las remesas serán el mayor flujo de ingreso en divisas que dispondría la economia venezolana y bajo el total control del gobierno, lo cual incluye preicos y volúmenes de dólares. Recuerde que el Petro es nada para el gobierno, no representa ingreso de divisa importante, es un mecanismo para el lavado y la legitimación de capitales, por ello el gobierno tiene los ojos fijos en las remesas de los venezolanos que envían a sus familiares desde el exterior. De acuerdo con las estimaciones sobre el volumen de remesas en dos años esas trasferencias que el gobierno busca adquirir bajo el concepto de remesas sería el segundo volumen de remesas en América Latina. Igualmente superaría a los flujos de divisas -negativos desde hace unos cuatro años- de la propia industria petrolera venezolana que ya no puede, por razones que todos a estas horas del juego deben conocen, dado el colapso de la industria petrolera venezolana con sus socios, en fila, de abandonando Venezuela.

Es obvio que el sistema que operaría a través del Petro, que es en los hechos y el derecho una mutación del viejo esquema de control de cambio establecido en febrero del 2003 y por ello el gobierno busca reformar la ley de ilícitos cambiarios. Es importante aprender que el control de cambio no se irá, el gobierno utilizará el Petro como mecanismo de arbitraje oficial -y en su poder- para drenar cada dólar de remesa hacia su control en el BCV.

En otras palabras, precios y volúmenes de Petros – dólares y bolívares- serán definidos y determinados por el Gobierno, el control de cambio no se irá. En la práctica el gobierno estaría emulando al regimen cambiario cubano que mantiene una estructura de dos monedas, una electrónica y otra de papel, que le permite apropiarse y comprar los dólares que millones de cubanos en el exterior envían a sus familiares en Cuba. Así tendremos un régimen cambiario donde el Bolivar ( que tendría las mismas características que en Cuba tiene el CUC, el peso convertible cubano (CUC), que sería el Petro venezolano, una especia de by pass entre el bolívar y el dólar.

Debe quedar claro que el propio sistema cubano es más transparente que su homónimo venezolano donde el “bolívar” convertible sería el Petro, siendo éste como explicamos anteriormente, un título de crédito publico. Hagámoslo más simple, un bono que la gente compraría y vendería en su propio mercado, por ahora un mercado clandestino que nadie conoce y donde sus operaciones todas son de lavado y legitimación de capitales. EL decreto para reformar la Ley de Ilícitos Cambiarios para tener una Ley Penal en relación con las transacciones cambiarias que utilizaría el Petro como ancla y pivote de control, una especie de efecto ratchet -del Petro como by pass cambiario.

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