María Corina Machado, la dirigente opositora fundadora de Vente Venezuela realizó una gira por el estado Yaracuy. No está en campaña, se trazó recorrer el país y hablar con los venezolanos, sobre quienes cree, cayeron en su peor suerte, reseña NTN24.
Ha sido inhabilitada políticamente. Fue destituida como diputada a la Asamblea Nacional, le rompieron el tabique nasal en una trifulca parlamentaria. El Sebin la persigue. Diosdado Cabello la veja todas las semanas en su programa “Con el Mazo Dando”. Ha tenido que resguardar a su familia desde la distancia. Es señalada de golpista y de vez en cuando le secuestran a gente de su equipo de trabajo.
Pero nada de esto la amilana, llega al pequeño pueblo de San Pablo a levantarle el ánimo a la gente.
“Con este telefonito me voy a tomar una foto con ella porque las tiene bien puestas”, dice un señor recostado a un árbol de una de las dos placitas del municipio Arístides Bastidas del estado Yaracuy. El aparato, sin forro y con una pantalla agrietada, apenas le cabía en la palma de la mano.
María Corina es la primera política que los visita desde la época de Rafael Caldera, según dos vecinos que se peleaban por decir el año exacto.
Cuando la dirigente se bajó del vehículo fue abordada por las personas que querían abrazarla. Un hombre se bajó de su bicicleta y preguntó.
“¿Quién es esa?;
– “María Corina”.
“¿María Corina?; Ah!”.
Rápidamente se mezcla con los pobladores. “¿Son chavistas aquí?”, pregunté a la gente. “Sí, pero por el bono y el CLAP”.
Al terminar el discurso comienza la ronda de fotos, abrazos, humildes regalos y confesiones de pesadumbres. Una dirigente local del partido de María Corina, Vente Venezuela, le informó que había dejado de militar en UNT, fundado por el exgobernador del Zulia, Manuel Rosales, al que señalan de negociar con el gobierno.
Mientras todo esto transcurre, el Sebin da vueltas en la plaza. Es fácil identificarlos: vehículo blanco ‘Chery’ sin placas, rotulado como taxi que la sigue a todos lados. Inquieta a los locales pero no a María Corina. Está acostumbrada al acoso; algunas veces los encara y otras les ofrece agua porque pasan horas sin salir del carro.
Termina la visita en San Pablo y previamente da una entrevista en la tv local La Yaracuyana. Todo lo que se ve en el camino es ruina y monte. Lánguidas miradas de tristeza, ropas roídas y zapatos desgastados.
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