La urgencia de redefinir la unidad y la estrategia, por Judith Sukerman

La urgencia de redefinir la unidad y la estrategia, por Judith Sukerman

A un año de la elección de la Asamblea Nacional Constituyente Venezuela se encuentra azotada, no solo por la terrible crisis económica y social que ha deshecho la vida de la mayoría de los habitantes de este país, sino también por la decepción y desolación producto de la profunda desconfianza que generan tanto los voceros del gobierno como los de la oposición, que impide visualizar cambio real que signifique, en primer lugar, revertir la terrible situación de precariedad y emergencia en salud, acceso a alimentos, servicios públicos, educación y seguridad que hoy padecen todos los venezolanos y, finalmente, un verdadero y sustentable desarrollo que nos permita dejar atrás estos oscuros años de destrucción para que podamos recuperar y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos que aun permanecemos en nuestro país. Y me refiero a los voceros porque al haber perdido los venezolanos la credibilidad y confianza en ellos, estos han perdido a su vez la capacidad de liderar los profundos cambios que se requieren con urgencia.

En este contexto de descredito del sector político y apatía ciudadana ante cualquier actividad convocada por el partido político que sea -oficialista o de oposición- que se suma a las constantes frustraciones por el fracaso de las expectativas creadas, observamos a un chavismo-madurismo que aun con sus evidentes diferencias, se mantiene firme y unido en su principal objetivo de no entregar el poder bajo ninguna circunstancia. Para ello se afianzan en una estrategia (diseñada desde Cuba) de resistir mientras ganan tiempo apalancándose en las estructuras institucionales del Estado, especialmente en las fuerzas armadas; en las herramientas de control social que han creado, en la promoción del miedo y en un elemento esencial: las debilidades de las fuerzas opositoras por la inexistencia de una estrategia sólida, coherente y cohesionada.

Todos los que militamos las filas de la oposición hemos puesto un inmenso esfuerzo en lograr una unidad perfecta, por considerarla imprescindible para salir de este régimen opresor. Sin embargo, hoy después de tantos intentos fallidos, de tantos traspiés, estamos obligados a repensar la forma de estructurar esa Unidad, que como bien dice el experto en ciencias políticas, el profesor Jorge Lazo Civiades, es un medio y no el fin. Siendo imperativo comprender que lo realmente indispensable es diseñar una  estrategia clara y efectiva para enfrentar y derrotar la dictadura, con objetivos concretos y bien pensados que no sean modificados a la primera circunstancia impuesta por el régimen; así como contar con un liderazgo sólido, decidido y con la fuerza moral para ejecutarla.





Es menester aclarar para quienes nos leen en el en el exterior, que la falta de unidad a la que nos referimos se limita a la más alta dirigencia opositora, puesto que en las bases del pais existe no solo unión, sino la absoluta claridad de que la salida de Maduro y su régimen del poder es una necesidad imperiosa para poder lograr los cambios necesarios.

La semana pasada el exmagistrado Perkins Rocha publicó en su cuenta Twitter un hilo, que me permito reproducir ya que en pocos caracteres y basándose en realidades que no pueden -ni deben- ser obviadas, propone la forma en que debe concebirse esa unidad, sugiriendo además ideas claras sobre las cuales basar la estrategia, cito:

“Mitos que rápidamente debemos derrumbar:

1. Es imprescindible la Unidad. Falso, pues matrimonio obligado es pasión sin futuro. Quienes éticamente somos distintos no podemos casarnos. Alianzas para tareas concretas, estrictamente monitoreadas, es lo máximo que podemos aspirar.

2. Todos Somos Imprescindibles y Necesarios. Falso. Para lograr los cambios sociales, hay individuos cuyo mejor aporte es desaparecer de la escena política. Identifiquémoslos.

3. La presión internacional por sí sola es suficiente para tumbar una Dictadura. Falso. Cuba la soportó y le sacó provecho.

4. Solo la rebelión civil permite que una Dictadura caiga. Falso. Nicaragua hoy y Venezuela 2017 son ejemplo que ella no es suficiente y que es necesario acompañarla con otros factores, internos y externos, institucionales y no convencionales, para tal logro.

5. Opinar en contra de nuestros dirigentes favorece al adversario. Falso. Lo que realmente nos debilita es claudicar principios éticos por preservar posición. Renunciar a la crítica es renunciar a la razón y son nuestras razones lo que nos fortalece.”

A lo anterior, humildemente, añadiría un par de mitos más que tendríamos que derrumbar, a saber:

A.  Es falso que no se requiera liderazgo. Esa base civil que está ávida de un cambio requiere conducción y quien, en vez de hacer promesas vacías, muestre una ruta clara hacia un futuro mejor, venga de donde venga, tendrá éxito. Sin un liderazgo opositor honesto, firme y capaz, corremos el riesgo de tan solo sustituir a los personajes que detentan el poder, y no el sistema.

B.  Las críticas al régimen que se están haciendo desde la dirigencia del chavismo son verdaderas, pero eso no significa que en el chavismo haya actores dispuestos a ceder el poder. La tesis de la “necesaria ruptura de la coalición dominante” para lograr una transición no significa per se que en ella habrá participación de la oposición. Si esa fractura es espontánea y no se produce como consecuencia de un esfuerzo de la dirigencia opositora, es muy probable que esta quede por fuera de esa transición.

C.  Todavía existe la posibilidad de una salida democrática. ¡Falso! Estamos frente a una dictadura; un régimen totalitario y opresor que no entregará el poder si no hay una fuerza que lo obligue. Como ya lo hemos dicho en artículos anteriores y reiteramos: fuerza no es sinónimo de violencia sino de determinación, solidez, resistencia, reciedumbre, eficacia, esfuerzo y empuje.

Concluyo parafraseando al filósofo armenio George Gourdjieff: “La constante conciencia de la inevitabilidad de la muerte es el único medio para adquirir la urgencia para redefinir al hombre”. Es necesario entender que inevitablemente se nos muere el pais y la democracia, por lo que es urgente redefinir la actuación de la alternativa democrática.

@judithsukerman /[email protected]