Quienes emigraron enfrentaron en su momento el temor de dejar sus bienes a la deriva, abandonados. Sin embargo, esto se ha convertido para una oportunidad de reinventarse en el campo laboral para tantos otros con nuevos oficios. El Nacional
Muchos de los que fueron del país prefieren vender sus propiedades o dejarlas bajo el cuidado de sus familiares, mientras que hay otros, que no siempre es el caso, prefieren dejar su casa sola.
En la ciudad capital, un pequeño grupo de amigos que emigró hace tres años cuentan con alguien a quien catalogan de honesto y de confianza, un compatriota que se quedó en Caracas y se dedica a cuidar las casas que están deshabitadas.
Durante 15 años, Roberto Llorens (Nombre ficticio para preservar la identidad del entrevistado), se dedicó a gerenciar su propia empresa de eventos. Con alegría recuerda las épocas doradas cuando organizó eventos para Empresas Polar y su cartera de clientes iba entre empresarios de Telcel hasta locales nocturnos. Pero en 2015 su empresa dejó de facturar y se quedó sin empleo.
Ahora trabaja cuidando casas. Lo que inició como un favor se convirtió en una nueva forma de ganar dinero e invertir el tiempo en una actividad que, además, disfruta. Robert vigila una vez por semana los apartamentos de las amistades que se encuentran en el exterior.
Para leer la nota completa haga clic AQUÍ