Así se vuela en el nuevo A350 de Iberia, el avión que reduce el jet lag

Foto: Traveler.es

 

Lleva por apellido Airbus, su nombre es A350-900 y es una versión mejorada del modelo ya existente del fabricante europeo. La criatura, que acaba de ver la luz bajo la tutela de Iberia, es el primer miembro de la familia A350 dentro de un pedido de 16 aeronaves que se completará en 2021, reseña Traveler.es.

Tecnología punta, menos emisión de monóxido de carbono, cromoterapia en cabina y la promesa, cumplida, de que el viajero llega menos cansado al destino tras un vuelo en uno de los aviones más modernos del mercado.





Y no sé si estamos ante el adiós definitivo al jet lag, pero sí que estamos en el momento aéreo más emocionante en décadas gracias a los aviones de nueva generación que debutan ahora, como este A350, y a todas las comodidades que brindan a sus pasajeros. Que no son pocas.

Tuvimos la ocasión de comprobarlas en el vuelo inaugural entre Madrid y Nueva York (JFK) a bordo del A350 de Iberia.

Una de las frecuencias de la ruta más mítica de la aerolínea española pasa ahora a estar operada por el primer avión de este modelo que recibe la compañía, complementando al ya asentado A340, el cuatrimotor de Airbus.

Bautizado con el nombre de Plácido Domingo, era la primera vez que la criatura cruzaba el Atlántico para aterrizar en la ciudad de los rascacielos, y todos nos vestimos de largo para la ocasión.

¿CÓMO SE VUELA EN LA CLASE BUSINESS DEL AVIÓN MÁS MODERNO DEL MUNDO?

Formada por un total de 31 asientos, la clase ejecutiva de este avión ofrece una configuración 1-2-1, una buena pantalla de entretenimiento personal, un punto de corriente eléctrica y dos ranuras USB.

Es lo primero que encontramos nada más acomodarnos en nuestro asiento, el 8J, además de bastante espacio de almacenamiento, privacidad y, lo mejor, la posibilidad de convertirlo en una cama completamente plana.

Son las 10:15 de la mañana y el comandante enciende la señal de cinturones, estamos a punto de despegar. Minutos más tarde, el A350 de Iberia alcanza su altitud de crucero y pone rumbo a JFK. El sueño de Iberia es ya una realidad.

A nuestro lado viaja Belén García Pozo, una de las empleadas de Iberia que ha participado en el diseño de los interiores del Airbus A350: “hemos tardado tres años en completar todo el diseño de los interiores del avión”, nos informa. “Todo, hasta el detalle más insignificante que encuentres, está pensado en las tres cabinas”. El avión cuenta con 348 asientos: 31 en clase Business, 24 en su nueva cabina Turista Premium y 293 en clase Turista que en este vuelo van completamente ocupados.

El A350-900 es un “avión de catálogo”. Esto quiere decir que el fabricante te deja personalizar el avión, pero a partir de 3 diseños estandarizados. “La aerolínea escoge uno de esos tres diseños y luego lo personaliza con sus colores corporativos y demás detalles”, matizan desde la compañía.

Una forma de simplificar el proceso de desarrollo del que hoy por hoy es el buque insignia de Iberia. La aerolínea española ha sido la primera del grupo IAG (el holding que engloba compañías como British Airways, American Airlines o la propia Iberia) en recibir este modelo de avión, aunque pronto será British la que reciba el A350-1000.

“¿Escuchais mucho ruido?”, pregunta Belén. De repente, nos damos cuenta de que prácticamente no se percibe ni el sonido de los motores: estamos a bordo del avión más silencioso del mercado, con apenas 57 decibelios en cabina. Pero no solo eso.

Un sistema de ventilación sin corriente con filtros de ozono renueva el aire cada dos o tres minutos y mejora el nivel de humedad de la cabina.

El avión dispone de siete zonas de control de temperatura que permiten regularla de modo distinto en las diferentes secciones del avión. Las ventanas son panorámicas y la iluminación está basada en luces LED y varía en función del momento del vuelo (mood lighting) lo que, según los expertos, ayuda a combatir el jet lag.

Entre diseños, ruidos –o ausencia de ellos- y demás explicaciones, ni nos dimos cuenta de que ya eran las 13:15h, cuando llegó uno de nuestros momentos preferidos del vuelo: la comida.

Y es que al otro lado de la cortina, sí, ni el flamante A350-900 se libra de ellas, la gastronomía es otro mundo. Aquí no hay tuppers de plástico ni cuchillos que no cortan. En la clase ejecutiva el menú, tremendamente abundante por cierto, se sirve en fina porcelana blanca sobre la que reposan platos como la terrina de pato con pimientos, el quesuco de Liébana con dulce de membrillo y uva o el gazpacho con huevo.

Y estos son solo los entrantes. De plato principal, a escoger entre tres, nos decantamos por una pasta rellena de queso ricotta y verduras que, servida con escamas de parmesano, quisimos que no se acabara nunca. El disgusto se nos pasó rápido con una tarta de chocolate y frambuesa como postre.

Y tras la comida, la siesta. O no. Porque el servicio de entretenimiento a bordo incluye, como en la mayoría de vuelos de largo radio de Iberia, más de 60 películas en varios idiomas, una centena de series o un buen portfolio de música.

También hay wifi en el A350, aunque también aquí es de pago. Si eres un adicto que no puede dejar de estar conectado ni en las alturas, lo mejor es comprar el paquete de datos para todo el vuelo por unos 30€ y tuitear sin miramientos.

Tras poco más de 7 horas de vuelo, otra vez la señal de cinturones. ¿Pero es que aterrizamos ya? Pues sí. El A350-900 es un avión que vuela más alto de lo normal (también es más ancho) y puede permitirse el lujo de ir más rápido. Así son los primeros de la clase, todo lo hacen antes y mejor.