Luis Velázquez Alvaray: La tortura chavista

Luis Velázquez Alvaray: La tortura chavista

El montaje del supuesto atentado es el argumento para continuar con el proceso de desarticulación de todo lo que al régimen no le agrada. Requesens es una piedra en el zapato menos, igual que Leopoldo López, Borges, Capriles. Unos presos, otros inhabilitados, como María Corina, La Causa Ramos. Otros exiliados como Ledezma y los que todavía pueden medio moverse en el país como Andrés Velásquez, los amenazan y boicotean y les roban un amplio triunfo como sucedió en el Estado Bolívar. Sin pudor alguno.

Un gobierno de tiranos es capaz de cualquier cosa. Ya no hablemos de la pisoteada Constitución, Los Tratados y la repulsa mundial. Se trata de la violencia más pura, como es el caso de la tortura, la utilización de los tratos más crueles e inhumanos contra   Requesens y los llamados militares “incomodos”, que simplemente permanecen secuestrados, como piezas de burla de un personaje falaz y siniestro llamado Jorge Rodríguez. Tan grave es la tortura como la apología de ella.

El circo del atentado tiene una finalidad muy clara: continuar con la desarticulación de los partidos   opositores y anular los principales cuadros políticos. Con violencia se procede al arresto y el posterior traslado al templo de la ignominia denominado “El Helicoide”, donde bajo la asesoría cubana se ha organizado una infraestructura criminal, siguiendo los planes de los gendarmes de la isla invasora.





Han instaurado, como en toda dictadura,  un total Estado terrorífico, donde se practican métodos de la edad media : aplicación de electricidad, golpes, apaleos, calabozos insalubres, lanzamiento  de excrementos e inmundicias a los detenidos, desnudamiento, permanencia de pie por tiempo indeterminado, engrillados, aplicación de drogas para lograr manifestaciones inconscientes, como la presentada por el sabueso Rodríguez; ignominia que algún día tendrá que ser castigada por los órganos internacionales como lo prevé “La Convención Contra La Tortura”, de las Naciones Unidas.

Los autores de este malévolo episodio cometieron sus diabólicos actos encapuchados. De solo dos se conservan los rostros: además de   Rodríguez en su apología de la tortura, se pudo ver la cara de un Teniente Coronel preparado para actos sanguinarios en Cuba, se llama Rafael Pablo Soto Manzanares. Su identidad fue develada en un video publicado por la periodista Patricia Poleo. De los encapirotados ya se conocerán, sobre todo cuando la justicia se imponga y estos – como suele suceder con la nomenclatura Chavista- delaten al grupo de tiranos sobre los que debe caer todo el peso de la ley.

Lo curioso   es la similitud con la actuación de Pinochet en Chile. Demuestra que los tiranos no defienden principios sino intereses, y ya sabemos cuáles son los de este régimen.

El SEBIN es la seguridad nacional. Es la DINA Chilena, es el hoyo oscuro, macabro, que acecha a Venezuela. Maduro es el Pinochet del siglo XXI, es la brutalidad hecha represión. Es un oscuro oficiante de la tanatría, que actúa con impunidad y sin un mínimo rasgo humanitario. Es un hombre que se inventa su muerte y la constituye en pasaporte para la jauría del terror.