A menos de quince días de anunciado en cadena nacional comienza a derrumbarse el plan de Maduro, llamado pomposamente “programa de recuperación, crecimiento y prosperidad económica”, cuya autoría se atribuye íntegramente como un gesto de “sabiduría” y “capacidad”. ¡Sálvame Dios!
Un amigo empresario, aficionado a las bolas criollas, tratando de encontrarle explicación a semejante despropósito ha dicho que el plan de Maduro “es lo más parecido a una ‘marrana’ (lanzamiento desesperado para llevarse todo por delante a ver qué pasa cuando no hay forma de ‘arrimar’ o lanzar un buen “boche clavado’)”.
La “marrana” de Maduro contra la economía ha ido destruyendo todo lo que encuentra a su paso: la megadevaluación es descomunal, el dólar triplicó su precio; la hiperinflación la pronostican en 44 millones por ciento; la escasez desapareció los productos regulados de la cesta alimentaria; y las pocas empresas privadas cierran yo liquidan a miles de trabajadores.
El salario mínimo de 1.800 soberanos equivalía para el momento del anuncio a 30 dólares mensuales. Tres días después del anuncio no llegaba a 15 dólares. Para el momento en el que se cobre la primera quincena del nuevo salario (15 de septiembre) valdrá menos de 5 y seguirá palo abajo.
Porque lo lanzado por Maduro en forma de “marrana” no fue una “bola criolla” fue una carga explosiva contra la producción y la propiedad envuelta de “Burrundanga” para adormecer a la gente con una ilusión de prosperidad con los famosos 180 millones que nadie ha cobrado y ya todos hemos pagado, cuyo efecto se disipa rápidamente.
Y como todo el mundo comenzó a sacar sus cuentas particulares calculando la aplicación del salario mínimo de 1.800 soberanos a las diferentes escalas salariales de los sectores laborales, incluido el mundo militar, fue el general Padrino López el encargado de aguarle la fiesta creada por la Burrundanga de Maduro diciendo que esa aplicación es “inviable”
Toca a la Asamblea Nacional hacer un gesto similar al del excelente Acuerdo sobre la vigencia de los pasaportes, aprobando una seguidilla de Acuerdos ratificando la legalidad de las diferentes escalas salariales vigentes en el país que el régimen de Maduro debe cumplir, incluida la de la Fuerza Armada Nacional. Sería una forma de ponerse al frente de las luchas del pueblo.