Mujeres y niños migrantes de Venezuela están más expuestos a explotación sexual y laboral, advierten expertos

Mujeres y niños migrantes de Venezuela están más expuestos a explotación sexual y laboral, advierten expertos

Los migrantes venezolanos esperan en el Centro Binacional de Servicios Fronterizos de Perú, en la frontera con Ecuador, en Tumbes, Perú, el 25 de agosto de 2018. REUTERS / Douglas Juarez

 

Las mujeres y niños migrantes que huyen del derrumbe económico de Venezuela enfrentan un mayor riesgo de sufrir explotación sexual y trata de personas en sus viajes por Sudamérica en busca de refugio, según expertos y agencias de ayuda.

Más de 1,6 millones de venezolanos han abandonado la nación petrolera desde 2015 en busca de una mejor vida en la vecina Colombia y en toda la región, en una de las mayores migraciones masivas de la historia de América Latina, según Naciones Unidas.





Miles de familias migrantes empobrecidas cruzan la porosa frontera hacia Colombia todos los días.

Expertos dicen que, desesperados por conseguir empleos para enviar dinero a sus hogares a fin de alimentar a sus familias, los migrantes son presas fáciles y vulnerables de la explotación de los traficantes de personas.

Un informe emitido esta semana por el centro de estudios Fundación Ideas para la Paz (FIP), con sede en Bogotá, aseguró que el tráfico sexual de migrantes venezolanos está particularmente extendido a lo largo de la frontera norte de Colombia, donde operan bandas criminales y grupos guerrilleros.

“En las áreas fronterizas, el Estado colombiano tiene muy poco control”, dijo a la Fundación Thomson Reuters Juan Carlos Garzón, director de la FIP. “Es muy difícil para los migrantes venezolanos porque se topan con importantes grupos ilegales que aprovechan su vulnerabilidad. Hemos escuchado varios testimonios de explotación sexual y tráfico de mujeres”, añadió.

Omar Ochoa, funcionario de derechos humanos del Gobierno local en la ciudad colombiana de Bucaramanga, dijo a medios esta semana que le preocupaban las denuncias de niñas obligadas a prostituirse mientras viajaban 200 kilómetros a pie y en autobús hasta la frontera colombiana.

Obligados a mendigar

Niños migrantes están siendo traficados para mendigar en Colombia, según la organización benéfica Terre des Hommes, que este mes encuestó a más de 900 personas, en su mayoría inmigrantes venezolanos, a lo largo de la frontera.

“Las personas que entrevistamos nos han estado diciendo que los niños venezolanos están siendo alquilados para mendigar en las calles, en los semáforos y como trabajadores domésticos”, dijo Marion Prats, especialista en protección infantil en Terre des Hommes, con sede en Suiza.

“A muchas madres… les preocupa que sus hijas acepten ofertas de trabajo y se vean atrapadas en la prostitución”, añadió.

La agencia colombiana de protección para la infancia (ICBF) identificó a 350 niños venezolanos que fueron víctimas de trabajo infantil en Colombia de marzo a junio de este año.

Unas reglas de ingreso más estrictas para los venezolanos presentadas por Perú y Ecuador este mes aumentan el riesgo de tráfico, según el Consejo Noruego para Refugiados y la ONU.

“De especial preocupación son las personas más vulnerables… que intentan reunirse con sus familias y los niños separados de sus familias o que no están acompañados”, dijo Olga Sarrado, portavoz de la Agencia de los Refugiados de la ONU (ACNUR).

No hay cifras que muestren cuántos inmigrantes se convierten en víctimas de la explotación sexual y laboral.

A nivel mundial, se cree que unas 25 millones de personas son víctimas del tráfico laboral o sexual, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo y otras agrupaciones.

Los operativos policiales en burdeles por parte de las autoridades colombianas han expuesto el problema.

En julio, la policía descubrió una red de tráfico sexual en la ciudad turística colombiana de Cartagena, arrestando a 18 personas acusadas de reclutar y vender a más de 250 mujeres y adolescentes al comercio sexual. Las víctimas incluían mujeres venezolanas.

Por Anastasia Moloney/Reuters  BOGOTÁ (Fundación Thomson Reuters)