Teresa Albanes: Leyendo a Etienne de la Boetie y el Carnet de la Patria

Teresa Albanes: Leyendo a Etienne de la Boetie y el Carnet de la Patria

Foto AVN

 

¿Que es esto que priva a los hombres de su libertad  y los convierte en siervos y esclavos? ¿Como se llaman los que llevan a cabo esas acciones que de un golpe, por decisión ejecutiva,  someten a los ciudadanos, mujeres y hombres libres a la humillación de obtener un falso documento de identidad que discriminándolos “tiene  por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de toda persona “ Articulo 21 .1 CRBV?  Se llaman VILLANOS.

El Carnet de la Patria, así mal llamado este novedoso y pérfido  instrumento de identidad, de mayor potencia y alcance que los documentos de la civilidad como son la   cédula de identidad y el pasaporte, coloca en manos de la tiranía el poder de destruir, de anular a la persona  de tal manera que aquel que no lo posea es excluido de las “ventajas y favores” así considerados, pero que no son otra cosa que los derechos iguales de todos los ciudadanos: a tener un documento de identidad legal, acceso a los alimentos, al trabajo, a la educación, la salud,  la vivienda, el combustible, el transporte y a elegir y ser elegido . A partir de fecha señalada todos estos bienes y servicios y derechos serán entregados y reconocidos de forma preferente y después exclusivamente a quienes posean el carnet de la humillación y de la indignidad.  Y es así como el miedo se va apoderando del esclavo, que consiente en su mal, en ser humillado, maltratado moralmente, dominado ideológicamente, finalmente sumiso a la orden ejecutiva pensando que de esa manera asegura el trabajo, el salario, la comida la salud propia y la de su desdichada familia que no son otros que  los derechos que le otorgan la constitución las leyes y todos los instrumentos internacionales de derechos humanos que forman parte de nuestro derecho positivo.





De esta manera el ciudadano va perdiendo su libertad, pero también otros bienes muy preciados y se va adentrando  en el mundo de la esclavitud. Las cadenas no oprimen pies ni manos, son más sutiles, someten las mentes, las almas  y las vidas de los siervos.

Un país de “mayorías carnetizadas “es un país donde los ciudadanos no son gobernados sino tiranizados. El tirano trabaja y espera arribar al estadio ideal   cuando súbditos o siervos que reciben sus dádivas prefieran sufrirle que contrariarle transformándose asi en “siervos voluntarios.”

Denunciemos con fuerza la inconstitucionalidad e ilegalidad intrínseca  de esta acción violatoria de derechos humanos universales, propia de villanos y bárbaros  que poco a poco va siendo impuesta a los ciudadanos hasta ahora libres pero inermes.

Teresa Albanes