En Paraguay derriban los cánones de belleza convencional con “Miss Gordita” (Fotos)

Foto: Vice Argentina

 

Una decena de jóvenes paraguayas pisará este viernes la pasarela de la séptima edición del concurso “Miss Gordita Paraguay” para demostrar que la belleza y la seguridad existen más allá de los cánones convencionales de belleza.

Las concursantes realizaron hoy su último ensayo en una discoteca de Asunción que hoy no tenía música ni luces, a excepción de un par de focos para iluminar la pasarela por la que las chicas modelaban, regalaban sonrisas y se paraban para posar ante sillones vacíos que el viernes se llenarán de público.





La gala del viernes será la culminación de un proceso de seis meses en el que estas chicas han recibido orientación nutricional y respaldo psicológico para que algunas se quieran más de lo que ya lo hacían y otras superen sus inseguridades.

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Sus altos tacones de purpurina pisaron hoy esas inseguridades y salieron a conocer los escasos metros por los que derrocharan autoestima en la gala de premiación.

Algunas ya se inscribieron en este concurso con la confianza de serie, como Mónica Cañete, una joven de 23 años que no tiene ningún inconveniente con su autoestima.

“Yo me miro al espejo y digo: ‘Soy una gordita muy linda, soy una gordita muy simpática'”, aseguró a Efe.

Esa determinación y el impulso de una amiga que conocía su interés por “Miss Gordita” fue lo que llevó a Cañete a inscribirse en el concurso.

Otras, como Laura Ramírez, de 30 años, perdieron el miedo a su imagen gracias a su paso por “Miss Gordita”.

“La psicóloga hizo un trabajo enorme y fenomenal conmigo. Lo que ella me inculcó ya no creo que salga de mí”, manifestó con rotundidad.

En el camerino y a un día de la gala los nervios todavía no existen y las concursantes solo recuerdan sus anécdotas del último semestre y los cambios que perciben en su interior, aunque su cabeza también está puesta ya en los tres trajes que lucirán mañana, en los tonos de maquillaje que utilizarán o cómo se peinaran.

Foto: Vice Argentina

 

Fuera, en la pasarela, Larisa García les da las últimas recomendaciones de modelaje.

García fue concursante, se reconvirtió en modelo y en esta edición es profesora y jurado.

Hoy les enseñó “cómo salir, cómo coquetear con el público, cómo hacer las pasadas, cómo cruzar las piernas, bajar los brazos, la sonrisa” y sus alumnas, obedientes, siguieron sus indicaciones.

A sus 22 años, Larisa García puede ponerse en el lugar de las concursantes y comprender los procesos que han vivido en seis meses.

“Entré siendo una persona totalmente diferente a lo que era ahora, gané seguridad, gané cariño a mí misma y miles de experiencias más”, dijo a Efe al verse ella misma en la pasarela hace un año.

Su recomendación para sus sucesoras, aunque suene a tópico, es que “si no se quieren a sí mismas, nadie las va a querer” y les insistió en que todas tienen su estilo y su forma de ser.

Ese mensaje caló entre otras concursantes que se inscribieron casi por un motivo de activismo.

“Estoy en el concurso para concienciar a las mujeres de talla grande de mi país (…) y demostrarles que a pesar de la edad y de los kilos pueden ser lindas y sexys”, comentó a Efe sin perder la sonrisa Lidia Castillo.

Foto: Vice Argentina

 

Castillo, feliz con su cuerpo y con su peso, insistió en que “Miss Gordita” no promueve la obesidad, algo que en algunas ocasiones se le ha afeado al concurso.

“Lo que queremos es que la mujer o el hombre que sufre de sobrepeso u obesidad, mientras vaya encontrando ese equilibrio entre la vida sana y perder peso, no deje de vivir”, manifestó y lamentó que muchas personas dejen de hacer actividades y de disfrutar a la espera de alcanzar un objetivo medido en kilos.

Si bien la báscula no les ha sido ajena en estos meses, con paso por consultas de nutricionistas y gimnasios, el trabajo estuvo más frente el espejo o, en este caso, ante la cámara.

Las sesiones de fotos se convirtieron en la vara de medir su autoestima, con planos medios en las primeras, porque ninguna quería posar, a fotos de cuerpo entero en las últimas, cuando comenzaron a aceptarse sin prejuicios.

EFE