El atraso chavista ante el avance del mundo, por Luis Velázquez Alvaray

El atraso chavista ante el avance del mundo, por Luis Velázquez Alvaray

La sargentería que nos gobierna ha lanzado al país por un precipicio a rueda libre, en medio de un espectáculo grotesco, que cada día se acentúa. Basta con revisar los discursos sin sentido: palabras huecas, groserías, insultos. Lenguaje y facha horrorosa. Tarambanas sin límites. Bochorno puro.

Lo más triste de todo, es que han causado un daño sin precedentes al futuro de millones de personas. Mientras la mayoría de los países discuten su entrada a la denominada cuarta revolución industrial, estos buhoneros de la política, andan subastándonos al mejor postor. De allí la gira de este usurpador, vestido como “el fúnebre”, aquel famoso torero de plazas pueblerinas, cuya vestimenta quiere imitar y que a diferencia de aquel espectáculo, este anda clavando la espada en el corazón del país.

Mientras aquí la mayoría trata de subsistir, el mundo busca avanzar. Incluso países muy pequeños, discuten como informatizar y digitalizar su proceso productivo. Adaptar las tecnologías convergentes, en las empresas, en el gobierno y en las organizaciones sociales.





Los Estados democráticos, a través de sus redes sociales y todos los dispositivos hoy disponibles, luchan por el acceso universal a internet, la conectividad de los objetos: el internet de las cosas.

Las disrupciones transformadoras y la nueva manufactura permiten fabricar piezas mediante la impresión 3D, unido al manejo de datos estructurados y no estructurados, la big data, el gran desarrollo de la inteligencia artificial y la complementación de múltiples tecnologías.

Sociedades que salen de la pobreza fortaleciendo su estructura legal, dinamizando el comercio, las plataformas digitales, que transforman el agro, las ciudades, con sus ecosistemas de información, con instituciones volcadas al apoyo de programas de innovación y desarrollo.

En Venezuela, mientras tanto, no hay luz, ni agua, ni medicinas, ni comida. A la par de Cuba, Nicaragua y tres o cuatro países más, víctimas de esta soldadesca tribal.