Mientras el país discute imposibles sueños de nefelibatas como la invasión de Míster Trump. Mientras unos se babean pensando en que pronto el senador Marcos Rubio desembarcará en Macuto para liberarnos, y otros planean qué se le podría pedir a Maduro en el caso de que un consejo comunal de Punta de Mulatos capture al susodicho… una bárbara tropelía se ha cometido a la vista de todos.
El CNE capitaneado por la señora Lucena a la chita callando acaba de permisar unos partidos a los que nadie vio pedir las firmas exigidas según el absurdo y atrasado procedimiento oficial del llamado Poder Electoral.
Entre los favorecidos están conocidos políticos de la oposición cuyos sueños de ingresar a la historia hace tiempo reposan en el canasto de la basura.
La lista de los ganadores del quino Lucena es larga: Claudio Fermín, Timoteo Zambrano, Jesús (a) El Chúo Torrealba, Henrique Capriles quien a pesar de aparecer entre los presentadores de uno de los partidos favorecidos por esta rifa del CNE… sigue siendo directivo de PJ, algún disidente de Manuel Rosales y otros competidores (as) menores.
Entre estos nuevos partidos hay varios puntos de coincidencia o denominadores comunes para explicarlo con palabras aprendidas en la escuela primaria: Uno, nadie vio, como se supone que exigen los reglamentos del CNE, en al menos 12 estados, a los militantes de esos partidos recogiendo al menos el 0, 5 % del REP estatal… ¡se puede decir que fue una recogida de rúbricas clandestina aunque más bien la trapisonda luce como un asalto a plena luz del día!
Dos, ninguno de esos “partidos” propone algo creíble como para sacar el país del actual estado de miseria que explica la estampida de compatriotas huyendo al extranjero.
Y no es cuento, envidia u ojeriza: En los programas que presentaron estos “nuevos partidos” ante el CNE se leen boberías y generalidades del tipo de las que usualmente se escucharon en los programas de Don Francisco.
Tres, que la irrupción de esos partidos generará más división en el seno opositor y que desde ya es sabido que votos no van a conseguir estos “nuevos” patricios… salvo que el CNE se los adjudique aún sin merecerlos.
Y ante tal panorama uno se pregunta con legitimidad: ¿Qué derecho tienen los directivos de esos partidos supuestamente “nuevos” para soterradamente llamar a los náufragos de la MUD “colaboracionistas”?
Es una pregunta retórica porque hasta las piedras saben las respuestas: Estos “nuevos” partidos y sobre todo sus gastados promotores y promotoras carecen de ideas o simples soluciones a los múltiples problemas que tienen a la población venezolana en un estado de miseria. Razón por la cual uno tiene todo el derecho a sospechar que tras de esta trapisonda debe haber un gran negocio porque no estamos hablando de hermanitas de la caridad o chamos medio ilusos que quieren jugar a la política sino de personajes acostumbrados a vivir muy bien… sin trabajar.
También por simple honestidad creo que uno al criticar debería sugerir alguna solución al estado de putrefacción que desde el CNE aflora en casos como este.
Para mí se deben conciliar el derecho de todo ciudadano a participar en una elección con el del estado a cobrar los gastos innecesarios que en materia electoral le hacen incurrir al gobierno candidatos y candidatas faramalleras.
Y no es tan difícil solucionar este dilema: Bastaría con que en un CNE distinto al actual, cualquier ciudadano que esté habilitado se postule al cargo que desee, si le da la gana. Con una medida de este corte quedan fuera de juego los corruptos que forman mafias dentro del Poder Electoral para vender partidos, candidaturas, postulaciones, firmas y todo lo que se le ocurra exigir al primitivismo tercermundista que allí campea pero disfrazado de modernidad.
Eso sí… para poder postularse, en un futuro más decente, bastaría con contratar el candidato por sí mismo o presentar a través de sus amigos, una fianza que obligue a cada candidato a sacar al menos el fulano 0, 5 % que exige la ley.
En caso de no sacar suficientes votos el candidato, se ejecutaría la fianza. Mediante una medida de esta especie veremos que el primero –él o sus seguidores- que pierda dinero o una propiedad ya no volverá el faramallero o colaboracionista a inscribirse para cumplir con el lúdico placer de aparecer en la boleta.
¿Ustedes piensan que Claudio, Timoteo, el Chúo e incluso el venido a menos Henrique Capriles, para no hablar del resto de estas “novedades” electorales que nos trae la señora Lucena… sacarán el 0, 5 % en las elecciones de concejales?