El video desclasificado del Pentagono que revela un ovni

El video desclasificado del Pentagono que revela un ovni

 

La ciencia ficción nos ha acostumbrado a imaginar que las autoridades de EEUU dedican ingentes recursos y a las mejores mentes del país a investigar los encuentros en la primera fase. La realidad es más prosaica, según ha revelado The New York Times: Estados Unidos mantiene un misterioso programa para analizar avistamientos de OVNIs (UFOs en inglés) que llegó a estar financiado con 22 millones de dólares anuales pero que no recibe dinero desde finales de 2011, reseña El Español.





El Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas estaba dirigido por el oficial de inteligencia militar Luis Elizondo, que presentó la dimisión el pasado 4 de octubre en protesta por haber sido dado de lado. “¿Por qué no estamos dedicando más tiempos y esfuerzos a esto?” – le reprochó en su carta de despedida al secretario de Defensa, Jim Mattis. “Hay muchos informes por parte de la Armada y de otros servicios de sistemas aéreos inusuales que interfieren con plataformas de armamento militar y despliegan capacidades más allá de la nueva generación”.

Un portavoz del Pentágono confirmó al periódico la existencia de ese programa, pero aseguró que fue cerrado en 2012. Los documentos obtenidos por el Times indican que recibió una financiación de 22 millones de dólares anuales desde 2008 hasta 2011. El propio Elizondo confirmó al diario que las investigaciones sobre esos avistamientos siguen, realizadas por funcionarios del Departamento de Defensa que cumplen otras funciones en colaboración con la CIA.

El programa ha estado analizando vídeos y grabaciones sonoras sobre incidentes con OVNIs, en casos que por lo general no han transcendido públicamente. Entre ellos se encuentra el caso de un objeto ovalado, del tamaño de un avión comercial, que fue avistado por dos aviones militares en 2004 cerca de la costa de la ciudad de San Diego (California). “Hay toda una flota de ellos” – notifica uno de los pilotos. “Dios mío. Mira eso, colega. ¿No será un [incomprensible], verdad?

 
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