Ramón Peña: ¡En Venezuela no hay hambre!

Ramón Peña: ¡En Venezuela no hay hambre!

 

Termina una semana que ha sentado formalmente a la dictadura venezolana en el banquillo de la justicia internacional.





El 24 de septiembre, con 93 votos a favor y 16 en contra, se aprueba incluir en la agenda de la 73ª Asamblea General de la ONU, la discusión del llamadoPrincipio deResponsabilidad de Proteger, aplicado a los abusos del régimen de Venezuela. Este principio es una opción de los Estados para asumir una posición activa contra los gobiernos violadores de Derechos Humanos, por delitos de lesa humanidad, genocidio o crímenes de guerra.

Dos días mas tarde, los gobiernos de Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Paraguay y Perú, envían una solicitud a la Corte Penal Internacional para investigar crímenes de lesa humanidad (asesinatos, torturas, violaciones, encarcelación, persecución y desaparición forzada), cometidos por el régimen venezolano a partir del 12 de febrero de 2014, con base en el informe de un panel independiente de expertos internacionales. La solicitud se sustenta también en el informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, de junio de 2018, titulado “Violaciones de los Derechos Humanos en la República Bolivariana de Venezuela, una espiral descendente que parece no tener fin”.

Simultáneamente, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, presidido por Michelle Bachelet, aprueba, por votación 23/7, una resolución inédita, que conmina al gobierno de Venezuela a aceptar la ayuda humanitaria internacional para atender la grave escasez de alimentos y medicinas que padecen sus ciudadanos.

El indiciado mayor en estas causas, en un intento “desesperado” (Eva Golinger dixit) por contener este alud recriminatorio, decide presentarse ante la Asamblea General. Solo lo escucha una escuálida audiencia. Se esfuerza por desvirtuar la realidad con mentiras acuñadas en verbo ramplón y trillado. De toda su argumentación, lo mejor -debemos admitirlo- fue exhibir su rolliza figura, embutida en fino terno azulmarino, para demostrar su estentórea afirmación: “¡En Venezuela no hay hambre!”.