Saqueo de comercios en Indonesia: “No hay otra opción para poder comer”

Un hombre lleva bienes saqueados del Palu Grand Mall en Palu, Sulawesi Central de Indonesia, el 30 de septiembre de 2018, tras el terremoto y el tsunami del 28 de septiembre.
El número de muertos en el terremoto de Indonesia se duplicó a más de 800 el 30 de septiembre, cuando los rescatistas mal equipados lucharon para llegar a decenas de víctimas atrapadas, los funcionarios de salud recurrieron a entierros masivos y residentes desesperados saquearon tiendas para comida y agua.
  / AFP PHOTO / ADEK BERRY

 

 

 





Galletas, pañales, botellas de gas… En un supermercado con los vidrios rotos, hombres y mujeres llenan sus bolsas con todo lo que encuentran, asegurando que saquear es la única opción, ya que la ayuda no llega a la ciudad indonesia de Palu, devastada por un sismo.

“No nos ayudan, necesitamos comer. No tenemos otra opción para comer”, se justificaba este domingo uno de los habitantes que saqueaban.

“Las tiendas están cerradas y los mercados, vacíos”, explica Eddy, de 33 años. “Así que tenemos que saquear una tienda tras otra”.

Las autoridades indonesias anunciaron que no sancionarán a los saqueadores y compensarán a los propietarios de los comercios.

“Solicitamos [a los distribuidores] Alfamart e Indomaret que dejen que la gente tome los productos. Tienen que registrar todo y nosotros pagaremos, no será un saqueo”, anunció el ministro del Interior, Tjahjo Kumolo, según un comunicado.

Dos días después del sismo de magnitud 7,5, al que siguió un tsunami que azotó la isla de Célebes provocando más de 830 muertos, hay carestía de todo: comida, agua y carburante. Y cientos de personas asaltan supermercados y estaciones de servicio.

“Es una crisis. ¡No hay alimentos, no hay nada!”, se indigna otro de ellos. “Lo que necesitamos desesperadamente es algo que comer y agua”.

De repente, en el edificio se sienten dos pequeñas réplicas del temblor. La gente grita: “¡Sismo! ¡Sismo!”. Muchos habitantes durmieron en la calle ante el temor de nuevas sacudidas.

Pero una vez que pasa el momento de angustia, ante la tienda se acumulan más saqueadores.

– Cocinas móviles –

“Es la situación la que nos fuerza a hacer esto, necesitamos de todo”, argumenta un adolescente presente en el lugar junto con otros jóvenes. “Agarramos todo lo que pudimos, ni siquiera podemos cocinar, por eso saqueamos”.

La ayuda apenas empieza a llegar a la isla de Célebes, situada en el centro del archipiélago indonesio.

Las autoridades están transportando cocinas móviles capaces de proporcionar unas 36.000 comidas diarias, miles de colchones, frazadas y fideos instantáneos.

Pero para los habitantes, los víveres tardan en llegar.

Algunos policías, estacionados delante de la tienda o incluso en la comisaría de enfrente, son testigos de la escena. Pero se ven desbordados y ni siquiera intentan intervenir.

En una estación de servicio cercana, un grupo intenta sacar el carburante de una reserva subterránea.

“Apenas hay una estación de servicio funcionando, la gente está desesperada”, explica a la AFP Ray Pratama, un fotógrafo local, que no participaba en el saqueo.

La muchedumbre llena bidones, botellas e incluso cacerolas con el preciado carburante.

“Si se vende a un precio razonable está bien, pero aumentaron muchísimo los precios para productos esenciales”, dice indignada una mujer.

AFP

Esta imagen aérea muestra los restos de un hotel de diez plantas en Palu, en el centro de Sulawesi, Indonesia, el 30 de septiembre de 2018, después de que colapsó tras un fuerte terremoto en la zona.
La cifra de muertos por el poderoso terremoto y tsunami en Indonesia se elevó a 420 el 30 de septiembre, cuando personas atónitas en la isla de Sulawesi lucharon por encontrar comida y agua, se extendieron los saqueos y crecieron los temores de que pueblos enteros aún no habían sido escuchados. / AFP PHOTO / Azwar
Un hombre lleva bienes saqueados del Palu Grand Mall en Palu, Sulawesi Central de Indonesia, el 30 de septiembre de 2018, tras el terremoto y el tsunami del 28 de septiembre.
El número de muertos en el terremoto de Indonesia se duplicó a más de 800 el 30 de septiembre, cuando los rescatistas mal equipados lucharon para llegar a decenas de víctimas atrapadas, los funcionarios de salud recurrieron a entierros masivos y residentes desesperados saquearon tiendas para comida y agua.
  / AFP PHOTO / ADEK BERRY
Un hombre lleva bienes saqueados del Palu Grand Mall en Palu, Sulawesi Central de Indonesia, el 30 de septiembre de 2018, tras el terremoto y el tsunami del 28 de septiembre.
El número de muertos en el terremoto de Indonesia se duplicó a más de 800 el 30 de septiembre, cuando los rescatistas mal equipados lucharon para llegar a decenas de víctimas atrapadas, los funcionarios de salud recurrieron a entierros masivos y residentes desesperados saquearon tiendas para comida y agua.
Personas llevan bienes saqueados del Palu Grand Mall en Palu, Sulawesi Central de Indonesia, el 30 de septiembre de 2018, tras el terremoto y el tsunami del 28 de septiembre.
El número de muertos en el terremoto de Indonesia se duplicó a más de 800 el 30 de septiembre, cuando los rescatistas mal equipados lucharon para llegar a decenas de víctimas atrapadas, los funcionarios de salud recurrieron a entierros masivos y residentes desesperados saquearon tiendas para comida y agua.
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Un hombre lleva bienes saqueados del Palu Grand Mall en Palu, Sulawesi Central de Indonesia, el 30 de septiembre de 2018, tras el terremoto y el tsunami del 28 de septiembre.
El número de muertos en el terremoto de Indonesia se duplicó a más de 800 el 30 de septiembre, cuando los rescatistas mal equipados lucharon para llegar a decenas de víctimas atrapadas, los funcionarios de salud recurrieron a entierros masivos y residentes desesperados saquearon tiendas para comida y agua.
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