Venezuela en modo Zimbabue, empresas deben esforzarse más para sobrevivir

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Entrando en el último trimestre de este 2018, la economía venezolana entrará en una espiral de la que será más difícil salir, con condiciones realmente graves y muy parecidas a las que padeció Zimbabue entre 2007 y 2008.

Nota de Prensa

Así lo estima Héctor Benavente, consultor empresarial quien destacó que las empresas venezolanas están sobreviviendo y para ello debe priorizar la atención en sus finanzas. “Se debe cuidar el costo de reposición para evitar una descapitalización. Asimismo debe prestarse atención al flujo de caja que es la otra gran causa de cierre de empresas”.





Agregó que cada día será más fácil caer en el error de vender a pérdida. La estructura de costo debe ser dinámica y revisarse casi a diario. Los empresarios deben tener claro el segmento de mercado al que se dirigen,  entender qué necesite ese cliente, qué compra, cuándo lo compra, para poder satisfacer esas necesidades y evitar quedar fuera del mercado.

Al tomar como referencia la historia de períodos hiperinflacionarios en el mundo, Benavente vislumbra que es probable ver un cambio económico en el 2019, “¿En qué momento? Es difícil saberlo. Lo cierto es que hasta ese día, las condiciones serán cada vez peores”.

“Hay que prepararse para un entorno mucho más hostil, si peor que lo vivido hasta ahora, pero sin dejar de tener presente que el fin de la crisis llegará y hay que planificar para eso, sino la ola del cambio nos puede pasar por encima”, alertó.

Lecciones de Zimbabue

Indicó que para salir de la crisis se debe cortar el déficit público (Zimbabue lo hizo dolarizando, lo que no es una solución ideal para un país como Venezuela), abrir el mercado cambiario, eliminar controles de precios, y, muy importante, aumentar la producción y oferta de bienes y servicios. Esto último solo se logra generando confianza y logrando atraer inversión.

Recordó que la hiperinflación de Venezuela está determinada más por un factor ideológico, en este sentido ésta se diferencia de lo vivido en su momento por Brasil (89-90) o Argentina  (89-90) y se asemeja más a Zimbabue  porque esta crisis ha estado dominada por de una caída fuerte del PIB, se ha destruido el aparato productivo por medidas populistas, se ha agravado la escasez de productos, dificultades con el manejo del dinero en efectivo, y la pérdida de poder adquisitivo que lleva a un empobrecimiento extremo de la mayoría de la población.

Lo que viene: más deterioro a todos los niveles

La mezcla de dos factores: más dinero inorgánico en la calle, vía financiación del déficit a través del Banco Central de Venezuela; menos productos y servicios por el cierre parcial o completo de empresas, hará que la inflación se acelere y empeore el círculo vicioso.

Por lo tanto, Benavente indica que la espiral en la que se ha entrado se caracteriza y retroalimenta con los siguientes componentes:

  •        Aumento del valor de la inflación (tendrá picos y valles, puede llegar a 400-500% mensual para luego bajar “solo” a 200%)
  •        Pérdida importante y acelerada del poder adquisitivo (capacidad de adquisición de la canasta básica con salario mínimo), como no se ha visto hasta ahora, lo que se traduce en menos clientes para las empresas.
  •        Seguramente habrá más aumentos y bonos, por parte del Gobierno lo que aumentará la masa monetaria (Esto aumentará la inflación haciendo más fuerte y dañino el circulo vicioso que tenemos).
  •        Menos productos y servicios por cierre de empresas (mayor escasez).

Héctor Benavente estará el 25 de octubre en el JW Marriot para conversar sobre este tema en el foro: “Año Nuevo ¿Economía nueva?”, donde también participará Karina Taboelle, CEO de Sperto, especialista en transformación digital;  y César Naranjo, CEO del ECOEM, experto en incubación y aceleración de empresas disruptivas más info para participar en: [email protected] y al 58 414 325 38 62.