La tristeza del venezolano, por Omar Ávila

Los venezolanos siempre hemos sido personas alegres, de todo sacamos un chiste, hasta de las situaciones más dolorosas, y no en modo de burla, sino como manera de subir los ánimos cuando sentimos que todo está perdido.

En una Venezuela en default, con hiperinflación, un Petro inexistente, escasez en todos los rubros, caída del PIB y de la producción petrolera, sumado a la migración, son todas facetas de una misma tragedia económica inducida por el dogmatismo, el populismo, la incompetencia y la corrupción.





Debido a todo esto, de un tiempo para acá, basta salir a la calle para ver las caras de tristeza, angustia, desesperación de todo aquel que se cruza en nuestro camino; el mal humor y las malas contestas han pasado a ser el “buenos días” que nos caracterizaba como personas cordiales, ya nadie sonríe, todo es una mala cara. ¿Qué nos pasó? ¿Qué nos hicieron? Hasta eso nos ha quitado el gobierno.

Veo las caras largas y trancadas y en cierto modo es entendible, pues quién puede sonreír cuando hasta el último aumento salarial que encendió de nuevo la esperanza de muchos, en apenas 45 días lo pulverizó la hiperinflación, con lo que muchos siguen sin tener nada que ofrecerle de comer a sus hijos, ni para comprar una medicina para un simple resfriado, mucho menos para un tratamiento paras combatir enfermedades como la hipertensión o la diabetes.

Gente va, gente viene, distraídos e inmersos en sus preocupaciones, te tropiezan y encima te insultan. ¿Dónde quedó la disculpa con una sonrisa y cierta pena por haber golpeado sin querer?

Vamos a rescatar entre todos esos ánimos y entusiasmo por vivir, por sentirse orgulloso de lo que se tiene, y estoy seguro que si existen muchas razones para estar feliz, solo que se disipan con los avatares del día a día. Saquemos lo positivo de lo negativo, que esta situación nos ayude a ser más solidarios, ahorrativos, previsivos, generosos.

Salgamos con un buenos días y una sonrisa en la cara, una actitud positiva para enfrentar lo que se nos presenta, siempre viendo hacia el futuro y con la esperanza puesta en que sí vamos a salir de este gobierno que se ha empeñado en mantenernos en la oscuridad, en las peleas y odios entre hermanos.

Desde Unidad Visión Venezuela no nos importa si eres adeco, copeyano, masista, justiciero, chavista, independiente o de la sociedad civil, a nosotros los que nos importa es si todos los que sueñan con la silla de Miraflores son capaces de lanzar su ego a la basura y unirse todos con el único objetivo de poder salir de esta terrible tragedia. Porque ninguno sólo llega a ninguna parte. Y tan sencillo como que el que no se quiera unir que se aparte.