La otra vía, en Venezuela: La liberal, por Leocenis García

La otra vía, en Venezuela: La liberal, por Leocenis García

Foto: Prensa de Solidaridad

 

El tema en Venezuela es que en el fondo el socialismo gobernante y la socialdemocracia que aspira el poder, son una misma cosa. Sólo se diferencian en el grado de intensidad que ponen a los controles.

En Venezuela hay una crisis enorme de liderazgo; es una clase política corrompida en el poder que se agotó y una clase que ya gobernó- y que parió las causas que llevaron a estos que están gobernando a estar en el poder-, que están no solo deslegitimados, sino agotados.





Está surgiendo un movimiento natural que está en las calles, es un movimiento liberal porque los jóvenes de manera espontánea se hacen llamar: ‘‘libertarios’’, pero cuando tú escuchas qué significa ser libertarios para ellos, ellos inmediatamente lo precisan mejor que Cedice o el Club de los viernes; dos organizaciones que yo respeto. Lo dicen mejor que cualquier intelectual liberal de América Latina.

Ellos dicen que están luchando por tener su casa, por tener su empleo, por tener una familia y por quedarse en Venezuela. Dicho de otra forma: están luchando por su derecho a la propiedad, por su derecho a tener libertad económica y a limitar el poder del Estado y que el Estado vuelva a su única función que es proteger la vida de la gente y sus bienes.

Hay un espíritu liberal en las calles de Venezuela con el cual no está casado ni la socialdemocracia ni el socialismo.

Una sociedad es el resultado de las ideas que tienen sus individuos, y los individuos tienen ideas que parten de aquello que los intelectuales siembran en ellos, lo que les dicen. Hay dos vías de formar eso que llaman: ‘‘el pensamiento del hombre’’; una es a través de la educación y los valores que se reciben, a través de la educación formal; y otra, a través de los medios de comunicación.

Los medios de comunicación que han vivido del contubernio del Estado en Venezuela y, que nacieron de los favores del Estado han ido creando toda una especie de que el Estado todopoderoso puede resolver los problemas de la gente, que el Estado todopoderoso puede proteger a la gente desde la cuna hasta la tumba y todo lo que han sembrado es un proceso de esclavitud que ha fortalecido a un Estado muy grande y cada vez hace al ciudadano mucho más pequeño.

Son los medios de comunicación los que le vendieron al país aún cuando no existiera el tema de las bolsas de comida Clap, una suerte de pan y agua que se les da a esclavos; son los medios de comunicación los que le dijeron al país que los gobernantes tenían que darles mucho aún cuando no se supiera a quién había que robar para cumplir eso que ellos predicaban.

Son los medios de comunicación de Venezuela los que enseñaron que el Estado tenía que hacer el bien y repartir el dinero, pero el Estado no puede hacer el bien sino con el dinero ajeno y hacer el bien con el dinero ajeno no solamente es antiético, sino injusto. Solamente hay dos formas en que le Estado pueda a hacer el bien; uno: saqueando a los ciudadanos y dos: saqueando los recursos naturales, que son las dos principales ideas que han vendido los medios de comunicación en Venezuela.

Los medios de comunicación le dijeron al país que éramos muy rico porque teníamos petróleo y que había que repartir eso, en consecuencia, estaban predicando uno de los argumentos de las ideologías colectivistas, es decir, que los recursos naturales son para saquearlos y para repartirlos, no entre pueblo sino entre un grupo de burócratas que dicen representar al pueblo.

Y la otra idea que sembraron los medios de comunicación es que, con sus impuestos, con sus aportes los ciudadanos tenían que respaldar al ejército, respaldar al Estado, respaldar la seguridad social, es decir, la otra idea del colectivismo que es el saqueo a los ciudadanos.

Fueron los medios de comunicación los que plantearon la bota mágica de Chávez como solución y son los medios de comunicación los que levantaron unas ideas en contra del libre mercado en Venezuela y cuando el presidente Carlos Andrés Pérez – el único presidente que ha intentado poner en práctica un plan liberal en Venezuela bajo la asesoría de gente como Moisés Naím o el doctor Diego Arria; dos de los más respetables liberales de Venezuela-, los medios de comunicación lo acusaron de Neoliberal, un fraude semántico, porque eso no existe, entonces, los medios de comunicación lo tumbaron y fueron los medios de comunicación lo que aplaudieron a Chávez aún cuando conocían su currículo de criminal y asesino porque había en nombre del pueblo llevado a un grupo de militares a una rebelión el cuatro de febrero que había terminado con la vida no sólo de civiles sino de militares.

Sin la pobreza y sin el hambre la socialdemocracia y el socialismo no existen, ni pueden existir porque la socialdemocracia y el socialismo predican que hay que resolver el problema de los pobres quitándole a los ricos, incluso, cuando se habla de esto uno ve la perversión que hay entre quienes defienden estas ideas colectivistas, es decir, ellos dicen que para que los pobres sean menos pobres tenemos que convertir a todos en pobres, incluyendo a quienes tienen más dinero. Ahora, nunca quitándole a los ricos vas a resolver el problema de la pobreza porque cuando tú sumas todas las fortunas de los ricos de los países te das cuenta que nunca vas a poder resolver el problema de la pobreza.

El problema de la pobreza se resuelve con educación con las ideas que metes en la cabeza a la gente. Japón, Hong Kong, Israel y Estados Unidos han entendido que lo más importante de una nación no son sus recursos naturales sino las ideas, su gente y las ideas que la gente tiene, eso es lo que está haciendo los cambios en una era de la tecnología y la información.

En Venezuela no ha habido liberalismo. Algunos dicen que otras experiencias que hay en América Latina son liberales. Y no. No lo son

Cuando tú analizas por ejemplo el Consenso de Washington y las recomendaciones que hizo el Consenso de Washington para América Latina y luego ves lo que hizo Bucarán, Alan García, Menen y algunos países cuyos presidentes se decían liberales tú te das cuenta que no aplicaron estas medidas y que lo que ellos hicieron fue una falsificación de las medidas liberales. Por ejemplo, cuando el Consenso de Washington predicaba que había que hacer privatizaciones libres, las privatizaciones no se hicieron de manera libre, sino que los presidentes entregaron las empresas a sus amigos, siendo así quiere decir que, América Latina y Venezuela no está así gracias a las medidas liberales sino por la ausencia de ellas.

Donde se ha puesto en práctica las medidas liberales hay indicadores económicos de primer mundo como en Chile, durante el Gobierno del presidente Pinochet. Los que hoy predican liberalismo en Venezuela, no son ninguno liberales. Hay dos clases de liberales en Venezuela; unos intelectuales que no salen de sus bibliotecas en Cedice, que viven predicando a Hayek, Von Mises, Ayn Rand, Milton Friedman a Tocqueville, pero que no logran entender que estas ideas liberales están naturalmente en el pueblo, abajo y quieren imponérselas desde arriba y otros que usan el ropaje liberal como unos embaucadores para recibir financiamiento extranjero, pero en Venezuela no hay ningún partido liberal. Incluso, el partido de María Corina Machado, cuando tú analizas la clase de cosas que propone María Corina Machado cuando habla de ese fraude semántico que es el Capitalismo popular, como que, si el capitalismo no fuera popular por su propia génesis, te das cuenta que Venezuela vive una enorme tragedia. Por eso, nosotros en Prociudadanos estamos construyendo una enorme fuerza desde abajo, desde los más pobres donde sentimos que las ideas liberales están naturalmente.

Yo tengo una ventaja que no tienen algunos liberales en Venezuela, los liberales defendemos: el derecho a la propiedad, la libertad individual y defendemos que el Estado cumpla su función. Yo no conozco cuán importante es el derecho a la propiedad porque me lo leí en un libro, a mí me robaron en nombre del pueblo que no es ningún pueblo, es un grupo de burócratas. Yo no sé cuán importante es la libertad individual porque me la leí en un libro de Hayek sobre la libertad o de Von Mises, yo no sé cuán importante es la libertad individual porque a mí me privaron de mi libertad seis veces durante el gobierno socialista. Yo no sé cuán importante es que el Estado cumpla su verdadera función, yo lo sé porque como muchísimos venezolanos he sido robado o perdido un familiar a manos del Estado o por su omisión. Yo sé cuán importante es la libertad porque me corre en las venas, porque he luchado por ella a lo largo de mi vida; primero para salir de la pobreza extrema que es un grado de esclavitud de donde vengo y segundo por conseguir mi propia libertad porque yo no he sido liberado nunca por benevolencia del Gobierno, yo he hecho seis huelgas de hambre, dos de ellas: una de 55 y otra de 70 días. Entonces tampoco sé qué es académicamente luchar por la libertad, yo lo sé exactamente y por eso lucho.

Estoy seguro que éstas ideas que ahora están en la calle naturalmente, en los millennias, jóvenes que están en las calles protestando contra el régimen de Maduro, esas ideas van a parir un nuevo liderazgo y un nuevo presidente en Venezuela que no tiene nada que ver con el consenso socialdemócrata.