Si bien en toda Venezuela las dificultades de movilización ciudadana impactan el derecho constitucional a la libre circulación, en el Táchira más restricciones agravan la movilidad.
Por: Diario La Nación
En la moto de Gregory Fuentes, profesor de la Escuela Unitaria de Barro Amarillo, en Junín, descansa la educación de los niños de esa comunidad: es el único medio de transporte de los dos docentes que quedan; otros cinco renunciaron.
La línea de transporte público que tomaba Elena Durán, una de las 15 que recorrían toda San Cristóbal, sencillamente desapareció. En su parada principal del centro de la ciudad ya ni siquiera se observan pasajeros esperando una buseta durante varias horas -hasta cinco, esperó Durán- como era característico en el primer semestre de 2018. Desmanteladas por la crisis las paradas establecidas por rutas, lo nuevo es que todos los pasajeros se echen en horario vespertino a la Séptima Avenida a esperar que cualquier buseta que pase ofrezca traslados hacia su sector.