Maduro de que sale SALE…”COMO SEA”… por @CarmonaBorjas

Maduro de que sale SALE…”COMO SEA”… por @CarmonaBorjas

La verdad es que el régimen está agotado, terminado. No tiene escapatoria. El fracaso ha sido estrepitoso, muchas veces provocado por ellos mismos como parte de la estrategia perversa de destruir para dominar y controlar.

El fin puede ser de cualquier manera. Para algunos, una intervención militar extranjera. Para otros una negociación y acuerdos. Para otros un golpe militar con apoyo externo. En fin, muchas variables. Pero, en todo caso, la solución está en nuestras manos, lo que no quiere decir que lo que hace la comunidad internacional, ese apoyo que nos han brindado gobiernos y órganos internacionales, personalidades, gente de todas partes, sea inútil. Todo lo contrario. Un respaldo fundamental en esta lucha.





Si bien la solución está en nuestras manos a ella solo podremos llegar con el apoyo de todos en el exterior.

El uso de la fuerza, según se ha anunciado a diversos niveles, ha sido una opción, pero quizás más que una realidad es un medio de disuasión que junto a las llamadas sanciones o medidas unilaterales impuestas a los funcionarios que han violado los Derechos Humanos, que han cometido crímenes internacionales o que han saqueado al país, llevarán a buen fin.

Puede haber alguna negociación con el apoyo de algún grupo de gobiernos como el que una vez se constituyó en Centroamérica para superar la crisis en los años 80 del siglo pasado, el grupo contadora. Pero nunca un diálogo insincero y mal intencionado como el que propone constantemente Zapatero, el español que ha destruido la imagen del socialismo democrático internacional, al apoyar por quién sabe qué razones, aunque las suponemos, una dictadura como la de Nicolás Maduro y sus cómplices.

Habrá salida negociada, esperemos. Pero hay que forzarla y sentarse para determinar qué hacer. La renuncia de Maduro, por ejemplo, es una salida válida, para él a lo mejor la única. Hay que darle paso a un gobierno de transición que se podría formar desde ahora en el exilio; y a un período de transición en el que recurriendo a los mecanismos de la justicia transicional logremos el reencuentro y el camino hacia el progreso y la estabilidad, ese que nos robó el grupo forajido liderado por Hugo Chávez desde que intentó asesinar al Presidente Carlos Andrés Pérez y su familia, aquel tristemente recordado 4 de febrero de 1992.

Todos queremos paz y progreso, pero antes Maduro y sus cómplices tendrán que abandonar el poder. Se irán, como los dictadores, con sus bolsillos repletos. No importa. Lo que interesa es que se abra el espacio para la reconstrucción nacional, para el reencuentro de todos, sin odios ni venganza, aunque con justicia, y eso debe ser lo más pronto posible antes de que lo poco que queda se convierta definitivamente en escombros.

La salida de Maduro va con la de los cubanos invasores que seguramente regresarán antes a su Isla “de la Felicidad”, esta vez para esperar algún cambio en el que de nuevo la Isla retomará su camino, perdido hace 60 años. Allá también habrá transición, como pronto en la Nicaragua del sádico Daniel Ortega.

Es el momento de reflexionar y de actuar mesuradamente. Sin pasión, pero con ánimo, voluntad y esperanza. Es el momento de escoger el mejor camino para salir de esta pesadilla lo que permitirá que millones de venezolanos regresen y juntos podamos reconstruir esta nación llena de riquezas.

Robert Carmona-Borjas