Teodoro y Mandela, por José Antonio Gil Yepes

 

Teodoro y Mandela empezaron y terminaron en las mismas trincheras: de la exclusión y la violencia pasaron a la inclusión y la cooperación entre los grupos sociales. Mandela fue el jefe del brazo armado del Partido del Congreso de Sur África. Teodoro fue uno de los principales jefes guerrilleros de la izquierda venezolana. Ambos fueron perseguidos y encarcelados y ambos modificaron sus posiciones radicales marxistas-comunistas por posiciones centro democráticas. Los surafricanos eligieron a Mandela presidente; los venezolanos no fuimos tan afortunados. Aparte de principios filosóficos o morales para justificar estas transformaciones, la científica Erica Chernoweth, de Boulder University, Colorado, realizó una investigación de los procesos de cambio de regímenes autoritarios desde 1900 hasta 2006 y los resultados fueron todo lo contrario a lo que ella esperaba: De las protestas exitosas, el 51% han sido pacíficas, pero sólo el 21% han sido violentas. Entre las protestas con resultados democratizadores parciales, el 19% han sido pacíficas y sólo el 9% han sido violentas. En contraste, entre las protestas fracasadas, el 60% han sido violentas, mientras que sólo el 20% han sido pacíficas.





Además, desde 1940 hasta 2006, el porcentaje de protestas pacíficas exitosas ha subido del 38 al 69%; mientras que el de las violentas ha bajado del 42 al 12%.

Las protestas pacíficas son más efectivas que las violentas porque atraen gentes de diversos segmentos y partidos, por lo que son mucho más numerosas, son percibidas como más legítimas, presentan a quienes protestan como víctimas de la represión y a los represores como asesinos y, casi siempre, con sólo movilizar el 3,5% de la población, logran cambiar gobiernos.

En cambio las violentas, son minoritarias, porque aterrorizan a la población, atraen a segmentos más exclusivos, son minoritarias, se deslegitimizan a sí mismas y justifican la represión en su contra.

Mandela y Teodoro tuvieron razón en salirse del comunismo marxista y del odio de clases para convertirse en verdaderos demócratas. ¡Resuciten, porque estamos mal y vamos para peor…y sin guías!