Emile Ratelband, un empresario holandés de 69 años, que ha sido panadero, restaurador, y en los últimos tiempos, asesor personal en cuestiones de autoestima, ha llevado la discriminación por razones de edad a límites insospechados. Según él, tras hacerse una revisión, los médicos le han asegurado que fisiológicamente tiene 45 años. Dado que así es como se siente, y no como un jubilado, ha pedido a los tribunales que modifiquen su partida de nacimiento: en lugar de la fecha real, 11 de marzo de 1949, quiere que pongan el mismo día, pero de 1969. “Si los transexuales pueden cambiar de género y que conste en el pasaporte, por qué no de edad”, publica El País.
Por ISABEL FERRER
Ratelband afirma que los médicos le llamaron “joven dios”, una vez completado el reconocimiento médico. Después, y frente al espejo, decidió que lo suyo no era “miedo a envejecer, sino deseo de exprimir la vida al máximo”. Para demostrar que no pretende lucrarse bajo mano, dice que renunciará a su pensión hasta que le llegue de nuevo la hora, si logra cambiar la partida de nacimiento.
Un tribunal local de Arnhem, su ciudad natal, ha escuchado su petición y le responderá dentro de cuatro semanas. De todos modos, los funcionarios del juzgado le han advertido de que no hay argumentos legales para que un ciudadano cambie por voluntad propia el día en que nació. “¿Dónde quedan esos 20 años que usted quiere quitarse? ¿A quién cuidaron sus padres durante ese tiempo? ¿Quién era ese niño?”, le preguntaron los jueces, que han dedicado tiempo y recursos al caso. La respuesta de Ratelband es directa: se siente ignorado o apartado por su edad, y ello entorpece la búsqueda de un empleo y una pareja.
Con tres relaciones sentimentales a sus espaldas y siete hijos, tampoco ha tenido inconveniente en reconocer que no se trata solo de reducir los costes de una posible una hipoteca. “Si entro en Tinder para concertar una cita y digo que tengo 69 años, nadie me responde. Si pongo que son 49, y con mi aspecto físico, estoy en una posición ventajosa”. Recién convertido al budismo, el holandés ofrece clases de programación neurolingüística, una mezcla de psicoterapia y asesoramiento destinado a hacer realidad los objetivos vitales de sus alumnos.
Durante años, Ratelband ha llenado las páginas de la prensa holandesa del corazón con sus aventuras sentimentales. En particular, por culpa del rechazo de su exesposa, Moon, que le acusó en 2016 de malos tratos e impedía el acceso a los dos hijos que tuvieron. Al final, el Servicio de Protección de Menores les impuso un régimen de visitas. Cuando las cosas le iban mejor, su fama local le llevó a ser elegido para doblar al neerlandés a uno de los personajes de la película Cars 2, producida por Walt Disney y los estudios de animación Pixar. Ratelband fue Vladimir Trunkov, patriarca de la familia ficticia de matones del mismo nombre.
Emile Ratelband tegen rechter: Ik lijd onder mijn leeftijd https://t.co/T4QVfmfqBx pic.twitter.com/BZtM9SoAoj
— De Gelderlander (@dgarnhem) 5 de noviembre de 2018