EEUU y China discuten sobre sus conflictos comerciales y políticos (Fotos)

Un diplomático pasa por delante del Consejero de Estado (LR) y Ministro de Defensa General Wei Fenghe, Director de la Oficina de Asuntos Exteriores de la Comisión Central del Partido Comunista de China Yang Jiechi, Secretario de Estado de los EE. UU. Mike Pompeo y El secretario de Defensa James Mattis, mientras celebran una conferencia de prensa conjunta durante las reuniones de diálogo diplomático y de seguridad entre Estados Unidos y China en la sede del Departamento de Estado Harry S. Truman, el 9 de noviembre de 2018 en Washington, DC. Los líderes de los dos países dijeron que continúan trabajando juntos para ayudar a desnuclearizar Corea del Norte y hacia otros objetivos compartidos en la región de Asia Oriental. Chip Somodevilla / Getty Images / AFP

 

Estados Unidos y China reanudaron el viernes contactos de alto nivel tras meses de creciente tensión y procuran resolver desde sus diferencias comerciales hasta cuestiones de derechos humanos.

Yang Jiechi, arquitecto de la diplomacia china, y el ministro de defensa, el general Wei Fenghe, encabezan la delegación enviada a Washington para reanudar conversaciones tras una ola de fricciones atizadas por la campaña hacia las elecciones estadounidenses de medio mandato celebradas el martes.





General Wei Fenghe. Chip Somodevilla/Getty Images/AFP

 

Yang Jiechi. Chip Somodevilla/Getty Images/AFP

 

Ocho funcionarios chinos, la mitad de ellos uniformados, se reunieron con una delegación estadounidense encabezada por el secretario de Estado Mike Pompeo y el de Defensa Jim Mattis, un mes después que la visita de este último a Pekín fuera cancelada.

Las conversaciones ocurren algunas semanas antes que los presidentes Donald Trump y Xi Jinping coincidan en Buenos Aires en la Cumbre del G 20 que potencialmente es una oportunidad para realizar anuncios sobre la resolución de divergencias.

El diálogo en Washington se enfoca en primer lugar en cuestiones de seguridad pero el comercio está en el centro de las tensiones entre las mayores economías del mundo.

Mike Pompeo. MANDEL NGAN / AFP

 

Jim Mattis. MANDEL NGAN / AFP

 

Trump aplicó aranceles a productos importados de China por 250.000 millones de dólares tras acusar a Pekín de aplicar prácticas comerciales desleales. China replicó tomando medidas similares contra Estados Unidos.

Mientras algunos analistas comentan que Estados Unidos parece embarcado en una suerte de nueva Guerra Fría con China, el embajador de Washington en Pekín Terry Branstad dijo que su gobierno no quiere una confrontación.

“Con China queremos una relación constructiva y orientada hacia resultados. Estados Unidos no busca contender con China. Queremos franqueza y reciprocidad”, dijo a periodistas.

En Pekín, el ministerio de Relaciones Exteriores dijo que China espera que las conversaciones “traigan buenos resultados” y ayuden “a profundizar el entendimiento” y “acelerar la cooperación entre ambas partes”.

MANDEL NGAN / AFP

 

Ola de disputas

Corea del Norte se colará en las conversaciones, y Washington desea que Pekín mantenga la presión sobre Pyongyang en un momento en que el régimen norcoreano exige una reducción de las sanciones internacionales a cambio de avances en su desnuclearización.

Para la delegación china, sin embargo, el tema clave es Taiwán y la posición ambigua de la administración Trump, a la que pide que se reafirme claramente su política de reconocer solo a la China popular.

Xi dijo en Pekín que aceptó reunirse con Trump en Argentina donde “ambas partes pueden tener un profundo intercambio de puntos de vista sobre asuntos de interés común”.

China, dijo Xi, “aún está comprometida en construir una relación con Estados Unidos que no se caracterice por conflictos”.

Washington ha sido muy enérgico ante los robos de tecnología que le atribuye a China y que ésta niega.

El gobierno de Trump, que no se caracteriza por la defensa de los derechos humanos, quiere que China tome en cuenta los campos de detención de uigures, una minoría musulmana del noroeste del país.

Un reciente informe de la ONU dijo que al menos un millón uigures están detenidos en forma extrajudicial y en algunos casos por el sólo hecho de profesar el islamismo.

Un organismo de defensa de los derechos de los uigures demandó a Washington que aborde el tema en las discusiones con China y considera importante dar un “unificado” mensaje mundial sobre el tema.

Pekín, tras negar en principio la existencia de esos campos de detención, considera a esos lugares como centros de entrenamiento vocacional para desalentar el extremismo religioso.

AFP