Olga Hidalgo de Curiel: El color de mi cristal

Olga Hidalgo de Curiel: El color de mi cristal

 

Gobernador Víctor Clark
Mis saludos y parabienes.

Me apoyo en su slogan de campaña “Renace la esperanza”, con la esperanza que este mensaje llegue a Ud., son mis inquietudes de coriana de Coro que percibo cada día con preocupación.

Usted es joven y serlo es un valor en alza resaltado ampliamente en estos tiempos de refrescamiento e implantes. Destacan los pensadores “que jóvenes son los que no tienen complicidad con el pasado”; por tanto, tiene Ud. la obligación de trabajar y mejorar la realidad encomendada: el Estado Falcón.

Aclaro, no soy su enemiga, soy leal adversaria, con mis principios y valores, no comulgo con el proyecto que Ud. encarna, pero estimo que es su libertad, su libre albedrío asumido con todos los riesgos, respetable su decisión; tal convencimiento, no impide que podamos ventilar problemas y situaciones que nos atañen a todos los falconianos y que Ud., como gobernador de todos debe conocer y palpar en profundidad con buena voluntad y magno espíritu de servicio. Le hablaré concretamente de Coro donde reside la capital del Estado Falcón, Patrimonio de la Humanidad sin que esto signifique ignorar y valorar la problemática existente a nivel regional.

Coro en el balcón de la basura, exhibe una imágen lamentable de abandono e indolencia, desolación y ruina; la observo entre escombros maquillados para complacer a ingenuos y débiles que un brochazo de pintura les dice que todo es bonito, que los solares devenidos en botiquines para la orgía nos auguran un desarrollo cultural envidiable. Calles rotas y avenidas oscuras adornadas de bolsas negras que se disputan perros y seres humanos hambrientos, todo una visión grotesca que no ven los ciegos y deslumbrados oportunista que en las entrevistas de radio pintan maravillas pero que la realidad los desmiente con crudeza.

Aguas blancas en desperdicio, las negras nauseabundas y pestilentes, Coro ahogado en la suciedad y el abandono sin un servicio regular de limpieza. Las vías urbanas deplorables, muestra palpable la Avenida Independencia destruída e intransitable, no es su culpa, el clientelísmo de siempre asignó contrato a la incompetencia e irresponsabilidad. El transporte público deprimente las personas apretujadas como animales en perreras y carretas, víctimas además del abuso de quienes les especulan como usuario, carentes de medidas de seguridad.

Corpoelec e Hidrofalcón en miserable decadencia. Parques y Plazas que dan vergüenza, la seguridad de todos en berlina sometidos a un toque de queda para salvar la vida. Instituciones y particulares en manos del hampa.
Capitulo subrayado el cementerio general de Coro, convertido en guarida de drogadictos, profanadores y ladrones, a la merced del vandalismo.

Alguien afecto a su causa expresa a media voz “que están administrando un estado quebrao” y los responsables de la quiebra donde están?… ¿Los han sancionados o los premiaron?…

Gobernador no deseo abrumarlo con ésta enumeración caótica a grandes trazos. Solo deseo que Ud., que ha tenido el honor de gobernarnos y de tener en sus manos las riendas de esta tierra, debe ganarse un buen lugar en nuestro imaginario afectivo, los Corianos somos buena gente, a veces, desconfiados pero sabemos de nobleza y lealtad.
Desearíamos que nos valore como comunidad honorable, decente, de rancia estirpe y que no nos mire de soslayo como un rebaño de ignorantes fáciles de engañar.

Gobernador: La esperanza que expresó en su campaña, de verdad sea esa virtud que nos enseña a descubrir que existe preocupación por resolver nuestros problemas que son muchos y que no somos una tierra en ocupación donde se clavó una bandera que no flamea airosa sino que presagia oscuridad, frustración y desencanto.

Dios guarde a Ud.

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