Venezuela y las crisis migratorias marcan el paso de la XXVI Cumbre Iberoamericana en Guatemala

Venezuela y las crisis migratorias marcan el paso de la XXVI Cumbre Iberoamericana en Guatemala

  Fotografía de la guardia de honor que recibe a los participantes de la Cumbre Iberoamericana hoy, en el aeropuerto La Aurora de Ciudad de Guatemala (Guatemala) EFE/Carlos Lemos

 

 

Pese a la dramática crisis política y humanitaria que sufre Venezuela, la organización de la XXVI Cumbre Iberoamericana no había incluido en la agenda oficial de los debates la situación en ese país caribeño. En la «nota conceptual» previa a esta cita, a la que están convocados desde este jueves y el viernes en Antigua Guatemala jefes de Estado y de Gobierno de 22 países, no se menciona ni una sola vez Venezuela ni a los tres millones de personas que, según los últimos datos de Acnur, han huido de la crisis política y humanitaria bajo el régimen de Nicolás Maduro. Según la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la malnutrición y la hambruna se ha triplicado en Venezuela entre 2016 y 2018, publica ABC.

Por Manuel Trillo
@manueltrillo

Tampoco se alude en esa nota a las caravanas de centroamericanos que se dirigen hacia EE.UU. desde mediados del pasado mes a través de México ni al conflicto en Nicaragua. El lema de la cumbre es «Una Iberoamérica próspera, inclusiva y sostenible».

Sin embargo, diversos líderes latinoamericanos han avanzado que llevarán a la cumbre en la ciudad guatemalteca las crisis venezolana y nicaragüense, así como el fenómeno de las caravanas. La secretaria general iberoamericana, la costarricense Rebeca Grynspan, indicó ayer que la declaración final incluirá finalmente párrafos sobre migración, así como de equidad de género, si bien «aún queda discutir la parte más política» del texto, según recoge Efe. Así lo anunció tras la reunión conjunta con los responsables de cooperación y los coordinadores de los países participantes.


Viraje hacia la derecha en Iberoamérica

Iberoamérica afronta esta cumbre con importantes cambios políticos en buen número de los países participantes. Desde la anterior cumbre, celebrada en octubre de 2016 en Cartagena de Indias (Colombia), hasta en diez estados miembros se ha producido o está en marcha un cambio de cara en sus gobernantes, con un cierto viraje hacia la derecha. Además del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en este bienio han llegado al poder Sebastián Piñera en Chile, Iván Duque en Colombia, Lenín Moreno en Ecuador, Martín Vizcarra en Perú (que a su vez sucedió a Pedro Pablo Kuczynski), Miguel Díaz-Canel en Cuba, Mario Abdo en Paraguay y Carlos Alvarado Quesada en Costa Rica. Además, Jair Bolsonaro está pendiente de asumir las riendas en Brasil y Andrés Manuel López Obrador en México.

 

 

 

Por parte de España estarán presentes en Antigua Guatemala Felipe VI y Pedro Sánchez, para el que será su primera cumbre iberoamericana. Al cierre de esta edición habían confirmado su asistencia jefes de Estado y de Gobierno de 17 de los 22 países. Entre ellos no figuraban ni el presidente venezolano, Nicolás Maduro, el nicaragüense Daniel Ortega ni el cubano, Miguel Díaz-Canel, que, en caso de ir, sería otro de los que se estrenaría. La isla no está presente en estas cumbres desde la de 2000 en Panamá, en la que Fidel Castro denunció una trama para asesinarle tras la cual estaría el opositor y exagente de la CIA Luis Posada Carriles, fallecido el pasado mayo.

Desaceleración de la economía

Por otra parte, la cumbre de Antigua Guatemala llega entre augurios de un menor dinamismo económico en la región. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha rebajado sus previsiones para Latinoamérica, que, según sus últimos datos, cerrará este año con un crecimiento del 1,2%, una décima menos que en 2017, y el año que viene se quedará en el 2,2%. Así mismo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) también revisó recientemente a la baja sus previsiones, y pronosticó que la región crecerá un 1,3% este año y un 1,8% en 2019, informa Efe.

Entre los motivos de esta desaceleración figuran la preocupación por la crisis en Argentina, así como el hundimiento de la economía en Venezuela, donde el FMI prevé para este año una caída del PIB del 18% y la Cepal del 15%, así como la inquietud por Brasil, la mayor economía latinoamericana.

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