Cuando el crimen organizado; el narcotráfico y el terrorismo se infiltran en lo más profundo de cada institución y se hacen del poder, la dinámica política de una nación cambia profundamente. El país se sumerge en la confusión y la violencia permanente. Ya hablar simplemente de un mal gobierno, de una dictadura o un régimen totalitario, no describe en lo que se ha convertido el Estado.
En Venezuela, las mafias ocuparon el territorio y tomaron las instituciones. Ha quedado claro que hoy, el Estado es la mafia. Hacer estas afirmaciones pueden tener un alto costo, pero mayor es el precio de callarse y someterse, de bajar la cabeza y asentir a cuanta aberración impongan los mafiosos. Es mayor el costo de ver morir de hambre y de mengua a nuestra gente.
Hablar con la verdad acarrea consecuencias, y no solo por parte del régimen mafioso; también conlleva al ataque de la oposición oficialista. Si algo no nos perdona este sector, es que rompimos el Estatus Quo, y acabamos con su zona de confort electorera y dialogante que ha alargado la permanencia de Nicolás Maduro y los suyos en el Poder.
A ellos, hoy Venezuela les reclama y exige claridad, coherencia y firmeza, pero como buenos socialistas, eso no les agrada. Querían, al igual que el régimen, a una sociedad silente que siguiera todas sus comparsas, pero se acabó. Los ciudadanos saben quién es quién y ya no aceptan más chantajes.
Los venezolanos entendieron de qué se trata esta lucha, y qué hay que hacer para ganarla. Entendieron también, de qué se trata el chantaje populista donde unos cambian electrodomésticos por votos, bonos por lealtad y cajas de comida por sumisión; y los otros, “unidad” por complicidad, “diálogo” por cohabitación y “elecciones” por migajas, pero que al final todos son los mismos.
El momento crucial que atraviesa el país llama a cada uno de sus ciudadanos a tomar una postura firme en pro de la libertad. Derrotar un Estado criminal implica fuerza, desafío, coraje y claridad. Cada acción debe ir enfilada a debilitar a las mafias y lograr su Quiebre definitivo, por eso, son inaceptables todo aquello y aquellos que desvíen la lucha en complicidad con las mafias.
Hoy Venezuela transita la ruta de la desobediencia, Rumbo al Quiebre del Estado criminal, junto a líderes que comparten el mismo objetivo: Libertad.
@ismaelgabriel22