Ramón Flores: Malandraje y ecocidio “socialistas” imponen su ley en el Arco Minero

Ramón Flores: Malandraje y ecocidio “socialistas” imponen su ley en el Arco Minero

Mientras usted no tiene agua potable en su casa gracias al “socialismo del siglo XXI”, en este momento el régimen de Nicolás Maduro envenena con cianuro y mercurio la principal reserva de agua dulce que tiene Venezuela, con el único objetivo de enriquecer a unos pocos “enchufados” mediante la extracción del oro que yace al sur del río Orinoco.

Toda esa tragedia ecológica camuflada con el nombre de “Arco Minero del Orinoco”, constituye un crimen de lesa patria, dado que cada minuto que transcurre significa la destrucción de uno de los principales pulmones del mundo, como es la Amazonia.
Y es que tal como lo dijo nuestro hermano y colega diputado, Américo De Grazia, en el foro “Arco Minero: Violencia institucionalizada y crimen ecológico de Estado”, organizado por el Parlamento Amazónico capítulo Venezuela que me honro en presidir, esta atroz política que ejecutan los que hoy gobiernan el país, constituye “un apocalipsis en pleno desarrollo que afecta nuestro modo de vida presente y futuro”.





Si esto de por sí ya es doloroso, la principal consecuencia de este crimen ecológico sin precedentes en la historia universal se traduce en la pérdida de las vidas de los integrantes de nuestros pueblos indígenas, que mueren producto del envenenamiento de las aguas, del efecto del cambio climático, la proliferación de enfermedades, o por el enfrentamiento entre mafias que se disputan con armas de todos los calibres el control de la explotación del oro.

En el mismo foro, el exsenador y doctor en derecho político y ambiental, Alexander Luzardo Nava, precisó que “está en peligro el 50% del territorio nacional”, debido a que esa área posee un ecosistema “extremadamente frágil, donde además se ubican el 80% de las fuentes de agua dulce no contaminadas de Venezuela, que están siendo afectadas por el cianuro y el mercurio”, que el régimen de Maduro usa en los procesos de explotación minera.

Igualmente, el área de la salud no escapa de las nefastas secuelas del Arco Minero: comunidades indígenas azotadas por enfermedades que prácticamente habían desaparecido en tiempos de la Venezuela democrática, como el sarampión, la difteria y la malaria; además del VIH, situación que en los estados Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro es de mayor drama debido a la extrema pobreza que allá impera, así como por la casi absoluta falta de medicinas.

Como si esto no fuera suficiente, una de las peores cosas que le ha ocurrido a Venezuela en estos últimos 20 años de régimen chavista, es cómo el crimen organizado ha penetrado con toda su perversión y putrefacción al Estado, lo que se evidencia en lo que ocurre con el Arco Minero: ¿Cómo es que la narcoguerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN), asesina y explota nuestro oro impunemente en el sur de nuestro territorio? ¿Cómo es eso que bandas armadas imponen también su régimen de terror sin que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana defienda nuestra soberanía, tal como lo manda la constitución? ¿Por qué el régimen de Maduro permite que nuestras comunidades indígenas sean esclavizadas por grupos irregulares para usarlas en la explotación minera?
Desde esta tribuna exhorto a mis hermanos venezolanos y al mundo a rechazar este ecocidio que perpetra el régimen de Maduro, que además mancha de sangre nuestra tierra. Es hora de abandonar la indolencia ante esta tragedia que se desarrolla ante nuestras propias narices.

Ramón Flores
Diputado a la Asamblea Nacional
Presidente del Parlamento Amazónico
@liderhumano