Ramón Peña: Reinado de ignorancia

Ramón Peña: Reinado de ignorancia

“¡No puede ser que estemos graduando 300 mil (sic) abogados y 400 mil (sic) administradores, deberíamos graduarlos como productores de alimentos…que se vayan a producir alimentos en los Claps!” De esta declaración del primer mandatario, no sabemos que es lo más alarmante, si la estulticia de su iniciativa para rescatar la agónica producción agrícola, o la cifra de egresados universitarios que maneja.

Ya antes Chávez también había engendrado sus ideas para convertirnos en “potencia agrícola”. Iluminado por su decimonónica inspiración zamorana, sentenció que el factor crucial para hacer florecer el campo y producir comida para todos, no era otro que la tierra. Indiscriminadamente expropió predios productivos, los parceló y los repartió en conucos que terminaron yermos y abandonados. Remató su gesta con hostigamiento a los empresarios del campo, controles de precios y la estatización de los suministros de semillas, fertilizantes y equipos agrícolas. Resultado: la mayor escasez de alimentos de nuestra historia, que derivó en masiva importación de alimentos, también histórica por la magnitud de la corrupción que engendró.





Nos gobierna un intelecto a siglos de distancia del presente milenio. Ignora que el factor esencial de la productividad en el agro no es mano de obra ni tierra, sino conocimiento. Que Estados Unidos, uno de los mayores productores de alimentos del planeta, ocupa en la agricultura menos del 3% de su población económicamente activa, que su productividad se sustenta en un esfuerzo constante de investigacion y desarrollo. Desconocen –y jamás podrían entender- cómo Israel, cultivando una superficie apenas equivalente a la mitad de nuestro Estado Trujillo, pueda ser un importante competidor en el mercado internacional de derivados agrícolas.

Es el reinado de la ignorancia que auyenta el conocimiento. Por eso, 60% de nuestros investigadores agrícolas con nivel de doctorado ya abandonaron el pais. Si la ignorancia persevera en el poder nos condena a todos a la perpetuidad del atraso…