Gerson Revanales: Venezuela, la débil Jurídica y política en el Esequibo

Venezuela es la débil Jurídica y política en la reclamación del Esequibo, gracias a la poca profesionalidad de la cancillería a la hora de defender nuestro territorio

A casi doscientos años de que el Libertador Simón Bolívar en 1822 le solicitara a la corona inglesa por intermedio del doctor Jose Rafael Revenga, Ministro venezolano en Londres, “el retiro de sus colonos de las tierras del Demerara y Berbice situadas al oeste del rio Esequibo, pertenecientes a Venezuela por los tratados entre España y Holanda o se pusieran bajo “jurisdicción y obediencia” de nuestro país”, dicha reclamación se mantiene en busca de una solución práctica y satisfactoria para las Partes como lo acordaron en el Acuerdo tripartito de Ginebra de 1966, firmado entre la República de Venezuela, el gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña y el Primer Ministro de la colonia inglesa de la Guyana Británica. Sin embargo gracias a la negligencia del gobierno, hoy como reos de la Justicia, nuestra reclamación se encuentra en la Corte Internacional de Justicia (CIJ)

El territorio en reclamación en este momento, se encuentran en peligro de perderse por diversas razones y causas, como fueron en el pasado las componendas del imperio Británico y en la actualidad, por la irresponsable conducción del proceso, cuando el gobierno permitió que la reclamación llegara hasta la CIJ, habiendo sido advertida tanto por el anterior Secretario General de la ONU Sr Banki Moon de que si para diciembre del 2017 no había sido alcanzada una solución, la reclamación sería enviada a la CIJ, tal como procedió el actual Secretario General de la ONU; a sabiendas que Venezuela nunca había reconocido la Jurisdicción de la Corte Internacional.





Venezuela siempre ha sido la débil jurídica y política en la reclamación del Esequibo, desde 1897 cuando EE.UU sirvió de facilitador para la firma del tratado de Washington; luego en 1899, es víctima del atropello de los jueces arbitrales ingleses con la complicidad Federico de Martens, (Ruso) con el laudo arbitral de 1899, lleno de vicios como lo denuncio Mallet Prevost, uno de los abogados americanos en el tribunal; Ahora somos víctima de una extraña decisión de los dos últimos Secretarios Generales de la ONU, al remitir el caso a la CIJ, haciendo caso omiso tanto el preámbulo del Acuerdo de Ginebra como su articulado, cuando las Partes acordaron una solución “satisfactoria y practica”, donde la vía jurisdiccional de ninguna manera cumple con las anteriores condiciones

La decisión inconsulta del Sec General y la del Consultor Jurídico de la ONU; quienes sabían perfectamente que Venezuela no reconoce la jurisdicción de la Corte, representa una afrenta a nuestra soberanía; Venezuela no puede ser llevada a un tribunal internacional como si fuera un reo común. El propio Estatuto de la Corte Art 36 y el Reglamento en su Art 38, dejan claro que es necesaria una expresa declaración de los Estados para aceptar su Jurisdicción; por lo que existe la duda razonable sobre esta decisión, cuando los intereses de las transnacionales petroleras en el territorio en reclamación se encuentran presentes.