Se filtran detalles oscuros del programa Mais Médicos en Brasil: Cuba pidió 8.000 dólares mensuales por médico

La entonces presidente Dilma Rousseff posa para fotografías con médicos del programa Mais Médicos en Brasilia, en abril de 2016 – Pedro Ladeira / Folhapress

 

En Brasil se han conocido detalles de la creación del programa Mais Médicos (Más Médicos) con la participación del régimen de Cuba. La filtración de telegramas que reconstruyen las negociaciones llevadas a cabo entre los Gobierno de La Habana y Brasila han dado a conocer detalles hasta ahora desconocidos, como la antiguedad de las conversaciones, que comenzaron al menos un año antes de presentar el programa, o la petición de Cuba de recibir 8.000 dólares mensuales por cada facultativo.

Bajo la gestión de Dilma Rousseff (PT) las negociaciones fueron sigilosas, oscuras, para evitar reacciones de la clase médica brasileña, según reseña el diario Folha de Sao Paulo





Por lapatilla.com

Según los documentos filtrados, en marzo de 2012 una misión cubana visitó Brasil y propuso desde “el envío de médicos y enfermeras” hasta la asesoría “para la construcción de hospitales” y para la elaboración de sistemas de salud”, a precios ventajosos, según Alexandre Peña Ghisleni, funcionario de la cancillería brasileña asignado a la Embajada de Brasil en Cuba.

En octubre de 2011, Cuba creó sociedades anónimas, empresas privadas ligadas al gobierno. Una es la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos (SMC), que exporta mano de obra e insumos médicos. Los servicios médicos son uno de los principales elementos de la agenda de comercio exterior cubana, con acuerdos en 60 países.

El 4 de abril de 2012, representantes del Consejo Federal de Medicina, de la Asociación Médica Brasileña y de la Federación Nacional de Médicos fueron al Palacio de Planalto a protestar por estos acuerdos, entonces aún a la sombra, pero la presidenta Rousseff no los confirmó, aunque tampoco los desmintió.

En junio de 2012, el Ministerio de Salud organizó una visita a La Habana para abordar la creación del programa médico para proveer de “profesionales sanitaros” las zonas remotas del país. Para la embajada, el proyecto fue “iniciado de modo reservado, en vista de la preocupación por la repercusión de la entrada de los médicos ante la comunidad médica brasileña”.

La delegación fue encabezada por el secretario Mozart Sales, del Ministerio de Salud, y también formaba parte de la comitiva Alberto Kleiman, entonces asesor internacional de la cartera y actualmente Kleiman es director de relaciones internacionales y asociaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)

Los documentos muestran que la delegación brasileña aceptó todas las exigencias de Cuba, pero chocó con la negociación de los valores. Brasil y Cuba acordaron entonces el valor que cada médico recibiría, con las referencias en dólar.

“El lado brasileño propuso la 4.000 dólares (3.000 para el Gobierno cubano y 1.000 para el médico)”, dice uno de los telegramas. “La parte cubana, por su parte, dijo que contaba con recibir 8.000 dólares por médico y contraofertó con 6.000 (5.000 para el Gobierno y 1.000 para el médico).

Los papeles documentan la sugerencia brasileña para que el pago al Gobierno cubano se hiciera mediante lo que llamaba “sistema de compensación” para solventar las deudas de La Habana.

Las autoridades cubanas exigieron que la evaluación de los médicos se hiciera en Cuba y que Brasil se limitase a “familiarizar a los médicos, sobre todo, en el lenguaje y las prácticas procesales y administrativas de la legislación”.

Un borrador del contrato, que no consta en los documentos obtenidos pero es comentado en el envío del embajador José Eduardo Felício, prevé que divergencias sólo podrían ir a juicio en la “Corte Cubana de Arbitraje Comercial Internacional, bajo sus normas procesales, en la ciudad de La Habana, y en el idioma español”

Los papeles documentan la sugerencia brasileña para que el pago al Gobierno cubano se hiciera mediante lo que llamaba “sistema de compensación” para solventar las deudas de La Habana con el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) quien financió las grandes obras de la construcción del puerto de Mariel, entre otros proyectos.

Ante la negativa de Cuba y el temor de Brasil a tener que solicitar el aval del Congreso, se decidió, a última hora, triangular el negocio pagando a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que contrataría a Cuba, que, a su vez, contrataría a los médicos.

Así fue como la OPS entró como intermediario, “caracterizando la contratación de los servicios como cooperación en el área médica”, anota Ghisleni. Cuba no le gustó: los recursos pasarían por Washington, sede de la OPS. Padilha entonces propuso que los recursos fueran transferidos entre las oficinas de la organización, sin pasar por los Estados Unidos. (lapatilla.com)