Armar un pesebre y adornar la Navidad cuesta algo más de dos salarios mínimos

Armar un pesebre y adornar la Navidad cuesta algo más de dos salarios mínimos

Aunque no con el mismo surtido de otros años ni la misma cantidad de establecimientos, la tradicional venta de adornos navideños se mantiene. (Foto/Tulia Buritica)

 

A pocos días de uno de los meses más “dichosos” pero también más dispendiosos, el esplendor y la bullaranga previa a la Navidad siguen apagados y un síntoma de ello es que este año apenas unos cuantos puestos de las tradicionales ventas callejeras de adornos y pesebres han abierto. Así lo reseña lanacionweb.com

Por Freddy Omar Durán

Y pese a que el manto de la crisis no ha dejado de ensombrecer esta época, los vendedores de los elementos fundamentales de la decoración navideña, pocos en comparación a otros años, ven casi como una misión personal más allá de lo comercial, el mantener vivo el espíritu de la Navidad.

Lo cierto es que con algo de ingenio los hogares pueden crear una ambientación festiva con lo que ya se tiene guardado en el desván o renovando el material, para lo cual se puede requerir un presupuesto que podría superar los dos salarios mínimos.

Las cuentas son claras: la casita para el pesebre en madera puede costar de los mil hasta los cuatro mil bolívares soberanos si son de tipo mueble, y a eso hay que agregarle las figuras que la acompañan a partir de dos mil bolívares fuertes. Una pequeña bolsita de arena en colores vale 100 BsS; las luces más elementales, de acuerdo al tipo de bombillo, tamaño, sonido y otras características, lo más barato no baja de mil Bs.S. Por casitas, pastorcitos, ángeles y otros personajes del Nacimiento, en diminuto tamaño se pide entre 50 y 200 Bs.s cada uno; ya más grandes, los costos se incrementan, como en el caso de las bolas para los arbolitos de Navidad, estos últimos bastante escasos hoy en día. Los afiches con la efigie de San Nicolás u otros motivos alusivos, rondan los 500 Bs.S, y un rollo de papel para pesebre 250 BsS.

Precios fuera del alcance de muchos bolsillos; pero aún así, como nos dijo Freddy Torres, quien ya lleva 34 años en el negocio, en la avenida 19 de Abril, una cuadra más abajo del Centro Comercial del Este, la clientela no falta y es muy receptiva, pero “la situación es dura”. En esa zona de los 17 negocios que abrían para esta temporada, solo lo hicieron 10. En ese punto comercial se comenzó simplemente con la venta de lama, -ya hoy ilegal por su impacto ambiental- y poco a poco se fue diversificando.

Dice que no es la primera vez que tienen que enfrentar tiempos adversos y que en ningún momento estos cerraron los toldos como cuando colapsó el puente sobre La Bermeja o durante el Paro Petrolero de 2002. Para sus clientes intenta ofrecer no solo mercancía “solidaria”, sino una razón para que se animen y no pierdan la esperanza para que transformen la decoración navideña en una terapia familiar en las cuales los niños son quienes más se ilusionan.

Situación semejante se ve en la Avenida Rotaria, en donde llegaron a existir 300 puestos a lado y lado de la arteria vial, muchos ubicados incluso a la altura del CDI, mientras que hoy en día solo se activaron 7. Allí la señora Eufemia González, con más de 20 años en el ramo, nos habló de varias dificultades para renovar el inventario –a ella no le gusta ofrecer mercancía vieja- y para contar con los servicios básicos como luz o la telefonía.

La mercancía la tiene que traer de Colombia, porque las alfarerías tachirenses, especialmente en Ureña, prácticamente no están operando. Los amigos de lo ajeno se robaron el transformador y el cableado que les suministraba energía eléctrica y sin línea telefónica no pueden cobrar por punto, solo en efectivo, sean pesos o sus equivalentes en bolívares soberanos. Por otra parte, sin luz, esos puestos a las cinco y media de la tarde ya están cerrando, cuando en el pasado lo normal era verlos funcionando, engalanados con instalaciones navideñas, hasta las 11 de la noche.

Otra feria navideña muy tradicional ha sido la de la calle 3 a un costado de la sede principal del Banco Sofitasa, en el Centro de San Cristóbal, el cual se extendía desde la Quinta a la Séptima Avenida y hoy a duras penas abrieron unos 7 toldos.

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