#Crónica En carretera por Venezuela con María Corina Machado, por Gabriel González

#Crónica En carretera por Venezuela con María Corina Machado, por Gabriel González

Es miércoles y son las 6:30 am. María Corina ya está en la camioneta buscando a su equipo para partir al estado Lara. En el camino conversa con la diputada Dignora Hernández sobre el panorama político de la Asamblea Nacional, del país y de uno que otro personaje.

No es un trayecto largo; sus viajes a Bolívar, Táchira o Zulia le pueden llevar más de 12 horas por carretera -hace más de un año, el régimen de Nicolás Maduro le prohibió viajar en avión-. Eso no la detuvo, ella afirma que ahora vive y conoce a Venezuela por dentro.





Habla de política, de su familia, de la Venezuela que sería hoy “si estos criminales no hubieran saqueado al país”, y por supuesto, de la que ansía reconstruir; “una Venezuela de libertad donde impere el orden, la ley y la justicia”. Sus ojos brillan cuando habla de ese país rico y próspero que afirma, “vamos a construir”.

Toma su teléfono y muestra un video que se ha hecho viral en las redes sociales de un joven cantando a son de cuatro, una crónica de lo que implica irse del país, dejar a la familia, y el sueño de volver. Brotan un par de lágrimas de sus ojos, suspira y suelta: “Es duro, muy duro, pero los vamos a traer de vuelta uno a uno”.

Sobre las 11am llega a Barquisimeto, en el estado Lara. Ahí la reciben miembros de su partido Vente Venezuela. Se cambia al carro de los dirigentes locales donde le informan la ruta de la caminata que hará por el centro de la ciudad. El vehículo arriba al punto de concentración. Ella se retoca el maquillaje y les dice: “¡Vamos!”.

Es de energía inagotable y parece que cuando entra en contacto con la gente, lejos de agotarse, termina fortalecida y con mayor confianza en el venezolano.

Cola de caballo, zarcillos de perlas, camisa blanca, jeans, un pañuelo blanco en el bolsillo trasero del pantalón, botas negras -que insiste “no son tacones”-, y una sonrisa, son características suficientes para reconocerla. La multitud comienza a aplaudir y se desata una lluvia de besos, abrazos, señoras que le echan la bendición, mujeres que se quiebran en llanto y narran sus penas, policías que le estrechan la mano y le dicen que siga luchando…

No soporta los “cercos de seguridad”, ella quiere saludar sin impedimentos. Va en zigzag, cruza de una acera a otra estrechando manos y dejando un mensaje esperanzador a los “guaros”. La saludan desde el primer piso de un mercado popular, acaba con el protocolo y entra al mercado, sube y saluda “como se debe”. Desde arriba ve en perspectiva la multitud que la acompaña. Les habla desde ahí. “Así se hace Barquisimeto, así se reta y desobedece a un régimen criminal. Esto es fuerza”, grita para que la escuchen abajo. La multitud aplaude y grita consignas en apoyo.

La caminata finaliza en un discurso de la dirigente arriba de un camión de sonido. Asegura que el de Maduro, es “un régimen criminal”; increpa a la “falsa oposición”; ratifica que “sí hay fuerza para sacar a las mafias del poder”; y le pide a los venezolanos que “no se rindan y no se vayan. Los necesitamos aquí luchando. De lo que hagamos o dejemos de hacer hoy, dependerá el futuro de muchas generaciones”.

Vuelve al carro. Revisa su celular y lee una noticia que la hizo sonreír de forma automática; le informan que la Liberal Internacional le concedió el premio por la Libertad 2019; es la primera latinoamericana en recibirlo. Recientemente recibió un galardón por una agrupación liberal sueca y fue nombrada como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo por la BBC.

La agenda apenas comienza. Tiene un foro público y un par de entrevistas -en diarios que ahora solo están en forma digital porque el régimen no les vende papel para que puedan circular-, y debe seguir al estado Yaracuy. Intenso, así es un día de María Corina Machado, porque como ella misma dice: “Ante la injusticia, el crimen y la maldad, no pueden haber medias tintas”.

Apuesta por la perfección. No le gustan las cosas mal hechas. Defiende sus ideas. Le indigna la injusticia. Promueve una política “con ética”. Habla de libre mercado y propiedad privada. Tiene buen sentido del humor. No comienza el día sin un café. Y conoce cada rincón de Venezuela.

Gabriel González

@ismaelgabriel22