Eduardo Semtei: El petro: Historia de una farsa

Eduardo Semtei: El petro: Historia de una farsa

Eduardo Semtei @eduardo_semtei

 

Niño Jesús, San Nicolás… alguien que me traiga un petro de aguinaldo.

Satanás vete de retro, que ya el Señor me dio mi petro….





Les cuento que recientemente consulté el saldo de mi cuenta de ahorro en el Banco Mercantil y al situar el cursor sobre la cifra de saldos apareció, como por arte de magia roja (peor que la negra) una curiosa cifra con el dibujito, con el logotipo del petro, la cuenta reflejaba que tenía 12.000 bolívares soberanos o 1,318681319 petricos (sí, señor, con esa catajarria de decimales). Al calcular la tasa de cambio encontré que un petrico tiene un valor equivalente a 9.100 bolívares soberanos. ¿De dónde salió tal guarismo? Y empecé a estrujarme los sesos.

Examinemos ahora las cifras disponibles en las distintas páginas que anuncian los valores de las divisas y petromonedas; según CoinMarketCap el fulano petrodólar se cotiza en algunos mercados en 0,014721 dólares americanos. Se sitúa en el rango número 1.216 (entiéndase que hay 1.215 tokens de mayor valor, más chéveres) entre las criptomonedas del mundo (es decir, nuestro cripto de valer, no vale un c… un cipote). Sabemos, además, que el dólar Dicom se subastó últimamente (diciembre 2018) a 151,64 bolívares soberanos. Abundo, el barril de petróleo venezolano, también promediado, anda por los 55 dólares (aunque el mercado petrolero anda de capa caída y sube y baja como la marea). También metemos en la ecuación que el precio del dólar, promedio, atendiendo a lo aparecido en la página @MonitorDolarVe se encuentra al primero de diciembre en 500 bolívares soberanos (llamado decentemente mercado paralelo); con esos datos y a pocos minutos de volverme loco hice las siguientes reflexiones que quiero mostrarles a mis lectores prevenidos y desprevenidos.

Maduro afirma que el precio del petro es el de un barril de crudo venezolano, por lo tanto, su mercadeo debe andar entonces por los 55 dólares que, convertidos a bolívares soberanos según la subasta Dicom (151,64 BsS/$), dispara la cifra de 8.890. Si los cálculos fueran al revés (diríamos de atrás pa’lante), el precio del petróleo estaría en unos 60 dólares (9.100/151,64) El único defecto en esta ecuación tan cuadrada y perfecta es precisamente que la subasta Dicom no es subasta para nada, no es competitiva. El precio del dólar Dicom lo fija el Ministerio de Finanzas conjuntamente con el Banco Central. Allí no hay puja de ninguna especie. La oferta es controlada absolutamente y la demanda solo es cubierta en un porcentaje ridículo, cercano a 5%. Mientras tanto, y de acuerdo con las principales páginas que registran las cotizaciones de las criptomonedas, el petro vale 0,014721 dólares, que contrasta escandalosamente con el de 60 dólares que le atribuye el gobierno de Maduro.

Si lo convertimos a bolívares soberanos, un petro equivale a 2,23229 bolívares (0.014721 x 151,64) infinitamente alejado de aquellos 9.100 que registra mi cuenta de ahorro en el Banco Mercantil. Por lo tanto, para los inversionistas del mundo existen 2 precios del petro: el primero; fijado por Maduro en 60 dólares y el segundo; el publicitado por los mercados mundiales de 0,014721 dólar. Por cierto hoy, 4 de diciembre 2018, el barril venezolano está a 54 dólares y el petro sigue en 60. Fucking mess. ¿A qué tasa-valor creen ustedes que los inversionistas internacionales estarían dispuestos a comprar y vender petros? Y si nos contraemos a la tasa de cambio del mercado negro (debería ser mercado rojo ¿no creen ustedes?), el saldo de mi cuenta de ahorro estaría en 24 dólares (12.000/500) quiere decir, medido en petros, tengo apenas 0,40 bichitos.

Ahora, enseriando la vaina: según informes, Venezuela ha puesto a disposición del público la primera criptomoneda respaldada por un gobierno, el petro. Los inversores criptográficos deberían decir simplemente que no entienden mucho la lógica financiera de esa criptomoneda, cuyo precio lo fija un funcionario público. Un típico precio “acordado”, pero ahora en forma cosmogónica. Por un lado, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, anuncia abiertamente este nuevo token de criptografía como una herramienta para eludir las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos debido a la corrupción masiva de su gobierno y a los abusos contra los derechos humanos, y por la otra crece la opacidad y la confusión que rodea el proyecto petro como ejemplo del clima político tumultuoso y nefasto de Venezuela. Aunque es poco probable que el petro tenga mucho valor en los mercados de divisas digitales de hoy en día, los entusiastas de la criptomoneda en todo el mundo están efectivamente enviando una fuerte señal a Maduro y a otros actores ilegales, entusiasmados por el scam petro, que la tecnología de cadena de bloques no puede utilizarse para respaldar corrupción, lavado de dinero o fraudes financieros.

El lanzamiento mal planificado de esta nueva criptomoneda ya ha dado a los posibles inversores muchas razones para mantenerse alejados. En primer lugar, el régimen de Maduro no ha sido transparente acerca de cómo se adquirirá, comercializará y administrará el petro. Por ahora, el Ministerio de Finanzas y el Banco Central les venden los petros a clientes perfectamente definidos y seleccionados, por ejemplo, líneas aéreas, para que tales empresas paguen el combustible. Es decir, no existe de ningún modo un proceso de oferta y demanda libre y competitiva, simplemente las obligan a comprar petros a un precio fijado unilateralmente, en 60 dólares por ahora, y con tales criptomonedas pagan las facturas de combustible. Una verdadera ficción, un perfecto teatro. Quizás un tinglado para una estafa planetaria. Sabemos que, en enero de 2018, el régimen de Maduro publicó un whitepaper explicando la mecánica del petro; unas semanas después, publicó una versión revisada que anunciaba que el petro se construiría en una plataforma de blockchain completamente diferente. Esos cambios son característicos del desorden y la manipulación.

Además, Maduro ha hecho anuncios escandalosos, como decir que el gobierno había recaudado 5.000 millones de dólares en las primeras semanas de su preventa de petro, ofreciendo nada o poca información sobre los supuestos inversionistas. Vean estas cifras comparativas que aplastan su credulidad, ya que empequeñecería la cantidad recaudada por cualquier otra venta de fichas en la historia de las criptomonedas. Las mayores “ofertas iniciales de monedas” hasta el momento han recaudado a lo sumo unos cientos de millones de dólares.

Veamos las ICO (Initial Coin Offerings) más exitosas en 2017 y 2018.

Lo total recaudado en todo el globo en 2017, unos 5.600 millones de dólares, y en 2018, unos 8.500 millones de dólares. Cifras que contrastan con la barbaridad dicha por Maduro de que habían vendido 5.000 millones de dólares en petros.

Individualmente en 2017: Tezos, con 232 millones de dólares; FileCoin, con 252; Paragon, con 150; EOS, con 185, y HDAC, con 300. En 2018, Telegram con, 1.700 millones, y Dragon, con 320.

¿Cómo pueden el presidente Maduro y sus ministros de pacotilla pretender que el mundo financiero les va a prestar un segundo de atención con esas afirmaciones falsas y temerarias? Así que la declaratoria según la cual se vendieron 5.000 millones de dólares en petros es simplemente ridícula. Pura paja. El petro no aparece como operativo en el mundo de la oferta y la demanda ni en ninguno de los listados de petromonedas del mundo, en ningún mercado conocido, en ninguna publicación respetable. Además de la incertidumbre, Venezuela ha recurrido a una red bastante oscura de tecnólogos rusos para construir el petro. Una empresa llamada Zeus Exchange, según registra CoinDesk, proporcionará algunos códigos para el software del token del petro, pero luego tenemos lo publicado por Associated Press donde Zeus declara que no está involucrada con negocios en Venezuela. Zeus Exchange es una startup rusa registrada en Singapur y con licencia en Chipre; su sitio web dice que está desarrollando una plataforma basada en blockchain para el comercio de acciones tradicionales. Zeus Exchange ha desmentido un par de veces que haya tenido relación alguna con Venezuela o con el petro. Hasta el primero de diciembre 2018 solo tenía 393 seguidores en Twitter y había emitido 300 mensajes. Se unió a la red en agosto de 2017. Tiene 16 meses funcionando, es decir, 480 días, por lo tanto, escribe un tweet cada 1,36 días. El único cliente conocido del petro es el banco ruso Evrofinance Mosnarbank propiedad en 49% de Fonden, es decir, del gobierno de Venezuela, y el otro 51% del gobierno ruso.

El sitio web de noticias Fintech ruso informó recientemente que una empresa llamada Aero Trading ganó un contrato del gobierno venezolano para construir el petro en la cadena de bloques NEM y comercializar el token a nivel internacional. Aero Trading tiene su sede en Uruguay y está a cargo de un empresario ruso que, según su sitio web de biografía, representa a empresas de Rusia y otros países de la extinta Unión Soviética que hacen negocios en América Latina. Un enredo de mil demonios lleno de mentiras, falsedades, cifras fantasmas, contratos raros, especulaciones y números mágicos.

El sitio web de Aero no tiene nada más que una página y su cuenta de Twitter, al 4 de diciembre de 2018 solo tiene tres tweets publicados justo después de que comenzara la preventa de petros. Se unieron a la red en octubre de 2015. Al inicio de la preventa, el gobierno venezolano publicó una foto en su sitio web que muestra a Maduro reuniéndose con representantes de Zeus y Aero. No es sorprendente que el gobierno venezolano recurra a desconocidos rusos para ayudar a desarrollar su criptomoneda tratando de evadir las sanciones. Una investigación de la revista Time informó que los asesores principales de Putin habían supervisado el proyecto del petro, con la aprobación del presidente ruso. Gran parte del sistema financiero ruso está sujeto a las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea, y el desarrollo de la tecnología blockchain en Rusia ha estado funcionando con el objetivo de socavar esas sanciones. Si bien estos hombres de negocios no son representantes oficiales del gobierno, Rusia simpatiza con el régimen de Maduro. Los préstamos rusos han permitido al régimen mantenerse a flote a pesar de los años de corrupción masiva, las denuncias de narcotráfico endémico por parte de funcionarios gubernamentales y sus familias, y la grave mala gestión económica de la empresa petrolera estatal del país, Pdvsa. Maduro hoy visita nuevamente a Putin tratando de sacarle algún dinerillo.

Dado que el precio de las criptomonedas vendidas en los intercambios es generado por la demanda y oferta del mercado para cada token, la comunidad crypto debe compartir información sobre la naturaleza del régimen de Maduro y sobre cómo tal token pudiera servir para financiar sus abusos. Esto no debería ser un punto difícil de alcanzar dadas las raíces libertarias del espacio de las criptomonedas y, en general, de los mercados de valores.

La Asamblea Nacional de Venezuela, controlada por la oposición, ya ha declarado al petro como una extensión ilegal de la deuda. Las sanciones estadounidenses contra el régimen incluyen operaciones con el petro. Los miembros de la Organización de los Estados Americanos han denunciado el intento del régimen de subvertir la democracia, y cada país debería informar a sus ciudadanos sobre las implicaciones del petro para esconder la corrupción y así disuadir a los posibles inversores de financiar el régimen de Maduro. El espacio criptográfico generalmente es contrario a la acción reguladora en torno a las criptomonedas, pero la comunidad debe ser particularmente consciente de los riesgos regulatorios de tratar con el petro.

Los participantes en los mercados de criptomonedas que operan en Estados Unidos no pueden comercializar legalmente el petro. Pero los intercambios fuera de Estados Unidos deben darse tomando en cuenta que si ofrecen el petro deberán tener cuidado de asegurarse de que los estadounidenses en sus plataformas no compren el token, lo que sería una violación flagrante de las sanciones de Estados Unidos, al proporcionar fondos al gobierno venezolano. La Casa Blanca emitió una nueva orden ejecutiva que prohíbe explícitamente a las personas de Estados Unidos cualquier transacción con el petro.

Ante la posibilidad marginal de que el petro tenga éxito, podríamos afirmar que el régimen de Maduro habría aplastado los últimos poderes legítimos de la Asamblea Nacional reforzando su consolidación del poder sobre el último organismo gubernamental dirigido por la oposición. Sin un cambio drástico en el liderazgo de Venezuela, su economía enfrenta un colapso total. Pero una criptomoneda creada por un gobierno corrupto y deshonesto con poco respeto por las leyes de su propio país no solucionará nunca la crisis endémica que asola nuestra nación. Apoyar el esfuerzo de comercializar una criptomoneda defendida por los mismos criminales que causaron la crisis no proporcionará los alimentos y medicamentos que los ciudadanos venezolanos necesitan desesperadamente para sobrevivir. La comunidad empresarial de blockchain en América Latina debería ser una fuerza más para impulsar el crecimiento de la tecnología en la región, jamás el sostén de una dictadura.

Este experimento del petro representa un momento ideal para que aquellos que aman la criptografía puedan enviar un fuerte mensaje ratificando que el uso de la tecnología de criptomoneda no puede servir para financiar el sufrimiento humano y por lo tanto no será tolerado.

Nota: Mucho de este artículo es copiado de varias páginas de la web. No les puse comillas de puro flojo. Presento mis excusas a los redactores originales. Además, no tienen reservas de autor ni prohibiciones de reproducir la información.