El coleta y los cisnes blancos, por @ArmandoMartini

El coleta y los cisnes blancos, por @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

Si los camaradas Nicolás y Vladimir pensaban se iba a armar una especie de nueva crisis de los misiles con el envío a Venezuela de bombarderos rusos de exhibición, se quedaron con las ganas y crespos hechos, no pasó de titulares y declaraciones oportunistas habituales. El asunto no fue más allá de una infantil provocación, humorada retadora del malcriado no tan niño Putin, a su rival cara pálida acompañado de actuaciones ridículas, estrafalarias de militares y pendejadas de gobernantes venezolanos.

En el gobierno de John F. Kennedy, la situación era diferente. Los soviéticos, comandados por un Kremlin político y dispuesto a dar porrazos, enviaron misiles a territorio cubano, a escasas millas de los gringos, desigual a la distancia entre Venezuela y Estados Unidos. Además, en la realidad actual, con satélites que no duermen y desde diferentes perspectivas a kilómetros de altura, total cobertura y capacidad de reacción electrónica, los supersónicos bombarderos serían rechazados -por no decir derribados- antes que hubiesen ganado su altura de crucero, y eso para no mencionar la vigilancia del muy poderoso Comando Sur.

Por otra parte, el líder de Podemos, abanderado ibérico del castro-chavismo en España, expreso: «Todos nos equivocamos y tenemos derecho a rectificar, yo no pienso igual que hace unos años», y explicó que “rectificar en política está bien, y creo que la situación política y económica en Venezuela es nefasta”. Muy mal deben andar las cosas cuando el coleta cambia de opinión, a pesar de haber sido beneficiado económicamente, manteniendo asesores en el desastre que Maduro y compinches llaman “gobierno”.





La torpeza, como la riqueza, son difícil, de ocultar. El cataclismo iniciado y desarrollado por Chávez, continuado y empeorado por su heredero, son información diaria en el mundo, la terrible situación de una nación petrolera receptora de inmigrantes, convertida en fabricante de emigrantes por centenares de miles y en un país que produce cada día menos, son alarma, preocupación y molestia.

Lo expresado por Pablo Iglesias debe ser tomado por la cúpula madurista con mucha más preocupación que lo enunciado por Bolton/Pompeo y su jefe Trump. Al lado de lo declarado por el coleta, frases y acusaciones son campanillas al viento, el uribista Presidente de Colombia, conservadores pro-yanquis de la Casa Rosada o el Palacio de la Moneda, no son nada al lado de la ruda confesión del secretario general de Podemos, porque aquellos nunca han apoyado al chavismo ni sus patrañas mientras que el impresentable fue abanderado a voz en cuello.

El Gobierno cara pálida y el arrepentido de Iglesias Turrión, evidencian que están bien enterados de la desolación e incompetencia de los burócratas venezolanos, eficientes en la estrategia para destruir, pero incompetentes en lo que no sea tomar decisiones erróneas. Muy mal deben andar las cosas incluso en la apreciación del castrismo cuando se insiste obsesivos casi enfermizos, dispuestos a conversar “cuando sea y donde sea”.

¿Qué pasaría si de verdad los americanos nos invadieran, solos o, como denuncia el régimen castrista a cada rato, con ayuda de Colombia, Brasil y otros?

Por una parte, los militares venezolanos, acostumbrados a reprimir civiles, se enfrentarían a soldados que, llevan medio siglo de experiencia en combate real, tener heridos y muertos propios, a darles paliza a los narco-guerrilleros que dejaron de ser rebeldes ideológicos para convertirse en pandillas delincuenciales sin piedad ni moral. Y por la otra que, por una simple cuestión de sentido común, tecnología y tamaño, los barrerían; cualquier portaaviones lleva más aeronaves y helicópteros ultramodernos de combate, detección y defensa que dos o tres países suramericanos juntos. Pero no van a invadir, esos tiempos ya pasaron, lo que, si no se detiene, son los procesos de investigación y judicialización que cada día ponen a más funcionarios beneficiados del chavismo y sus cómplices cooperantes tras las rejas.

Lo de Iglesias es una posición que deja a España como potencia romántica que se debate entre los fracasos socialistas de Rodríguez Zapatero, furias e ironías de los líderes del Partido Popular, duras acusaciones del jefe de Ciudadanos, y se limita a pedir, como buena madre lejana, que sus descendientes se porten lo mejor posible. Los estadounidenses desataron la imparable, comprometedora, vasta y demoledora pesquisa en procesos judiciales que está destruyendo la autoconfianza, abusos y descaro de los corruptos, encubridores, participes y cohabitantes castro-venezolanos, que Pablo Iglesias no rechaza, sino que, como Putin se defienden tratando de explicar la que fue y ya no es, su posición de defensores de la desmoronada revolución castro-chavista, y deja así al régimen de Maduro, con varios amigos menos.

Por su cercanía y potencial informativo, más suena el cordero español que el turco. Los cisnes blancos son adornos estéticamente diseñados, la Casa Blanca lo sabe, el Kremlin también, quienes parecen desconocerlo son el alto mando militar que, a juzgar de lo expresado por el multi-soleado Ministro de la Defensa, cuando fue testigo del aterrizaje y despegue de los pura pinta supersónicos Tu-160.

@ArmandoMartini