Se metió en problemas con una familia de malandros en Zulia y no salió vivo

Se metió en problemas con una familia de malandros en Zulia y no salió vivo

Foto: Alberto Briceño

 

El querer llevar la fiesta en paz le costó la vida. Eran las 5:20 de la madrugada de este domingo 16 de diciembre. Darwin Leonel Villalobos Ruiz (30) compartía tragos con amigos y su pareja en su vivienda, ubicada en la calle 104 del sector Pomona, callejón La Fortaleza, cuando se originó una disputa.

Por: Panorama





Según cuentan vecinos del barrio y testigos presenciales del homicidio, todo marchaba de manera tranquila cuando dos adolescentes de 16 años llegaron en una moto en la vivienda.

“Ellos siempre acostumbran a hacer esas cosas, exigieron licor y cigarros y como Darwin no quiso darles, entonces buscaron pleito”, manifestaron.

“Vértale chamo, quédense quietos, aquí estamos compartiendo en familia y no queremos problemas”, habrían sido las palabras de Darwin ante la insistencia de los menores.

Ante la negativa de Villalobos, uno de los adolescentes se le fue encima y comenzó a golpearlo. “Darwin solo se defendió y también lo golpeó”. La situación alimentó la sed de ira del menor quien lo habría sentenciado a muerte. “Ya vas a ver, te voy a buscar a mi papá pa’ que te mate”.

El menor se marchó del lugar hacia su casa, ubicada a escasas cuadras. Minutos después apareció con su madre, quien sostenía un palo de escoba y bajo improperios y amenazas, se lo asestó en la espalda a Darwin, quien nuevamente y según agregaron testigos, le dio una bofetada a la mujer, que no dejaba de golpearlo.

“Enseguida apareció el padre del muchacho y sin mediar palabra le dio un disparo en la barbilla”. Darwin cayó de rodillas, clamando por su vida.

Acto seguido, el pistolero le dio otro disparo en el cuello, dejándolo muerto en el sitio y huyendo del lugar con su hijo y esposa.

“Intentamos llevarlo al CDI de la zona, pero ese tipo se devolvió y le dio otro tiro pero, ya estaba muerto”, narraron los presentes.

Trascendió que el asesino responde al nombre de Albert Venegas y tiene 40 años. Fue señalado de ser escolta de una familia adinerada de la etnia wayuu. “Siempre anda armado, amenazando a la gente porque siente que tiene poder. Él y su hijo son gente mala, viven metiéndose con todo el mundo”.

Darwin deja dos hijos; una niña de 10 años y un varón de 3. Será velado en la casa 7E-17 ubicada en el mismo sector y propiedad de su madre. Desde allí, Andrea Hernández, esposa de la víctima, señaló que hace un año la relación se terminó, se dedicaba a la herrería y era el mayor de cuatro hermanos.