ALnavío: ¿Qué está pasando en la China de Xi Jinping mientras todo el mundo mira a Donald Trump?

ALnavío: ¿Qué está pasando en la China de Xi Jinping mientras todo el mundo mira a Donald Trump?

Xi Jinping quiere eliminar rivales y consolidar su poder / Foto: PCCh

 

El que acapara la atención en estos tiempos es el presidente de Estados Unidos, que cada día rompe alguna regla, insulta a alguien o agrede a alguna institución, país o grupo humano. Pero la concentración de la atención en Donald Trump nos está distrayendo de seguir más de cerca lo que está pasando en la China de Xi Jinping. De esta manera lo reseña alnavio.com

Por Moisés Naím





Tanto Xi Jinping como Donald Trump presiden superpotencias militares y económicas. Uno de ellos es partidario del libre comercio y ha dicho que es un error culpar a la globalización de todos los males de la humanidad. El otro líder sostiene que el comercio internacional es nocivo para su país y pone impuestos a las importaciones. El primero, el defensor de la globalización y del libre comercio, es el secretario general del Partido Comunista más grande de la historia (80 millones de miembros). También es el presidente de China, la segunda potencia económica del planeta. El otro, el proteccionista que denuncia el libre comercio cada vez que puede, es Donald Trump, quien lidera la mayor economía capitalista jamás conocida.

En este insólito mundo al revés las decisiones de estos dos presidentes, y lo que les suceda a sus países, nos afectarán a todos. De los dos, el que acapara la atención en estos tiempos es el presidente de Estados Unidos, que cada día rompe alguna regla, insulta a alguien o agrede a alguna institución, país o grupo humano. Pero la concentración de la atención en Trump nos está distrayendo de seguir más de cerca lo que está pasando en la China de Xi Jinping. China podría estar entrando en un periodo de fuertes convulsiones económicas y políticas cuyas repercusiones internacionales serían aún más graves que las impredecibles conductas del presidente Trump.

El crecimiento de la economía china se ha desacelerado, y por tanto también la creación de puestos de trabajo. El endeudamiento es más agobiante, hay fuga de capitales y, en general, China sufre de una serie de desequilibrios cuya corrección requiere que el Gobierno tome medidas muy impopulares. El país debe pasar de una economía basada en las exportaciones y en la masiva e indiscriminada inversión en infraestructura a un modelo más sostenible impulsado por el consumo interno, donde haya más disciplina en el gasto público, la inversión y el endeudamiento.

Sobre esto hay consenso. Pero lo que no está claro es si las reformas necesarias podrán ser llevadas a cabo a la velocidad y con la eficacia necesarias. Y tampoco está claro si esta profunda transición económica se puede dar sin crear conflictos sociales y políticos tan graves que desestabilicen el régimen o incluso atenten contra la permanencia del Partido Comunista Chino (PCCh) en el poder.

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