Grupo de Lima, de la retórica a las sanciones contra Maduro

El Secretario de Relaciones Exteriores de Argentina, Daniel Raimondi, y el Ministro de Relaciones Exteriores de Perú, Nestor Popolizio, asisten a una reunión del Grupo de Lima para discutir la situación de Venezuela y la inauguración del segundo mandato del Presidente Nicolás Maduro, en Lima, Perú, 4 de enero de 2019. REUTERS / Mariana Bazo

 

 

Sí. A partir de ahora, los principales gobiernos de la región van a elaborar listas de personas naturales y jurídicas relacionadas con el régimen de Nicolás Maduro con las que los sistemas financiero y bancario de sus países “no deberán” realizar operaciones, publica El Tiempo.





Y “de ser necesario, van a congelar sus fondos y otros activos o recursos económicos”.

Ninguno de estos 13 países de la región tampoco va a permitir el ingreso de funcionarios del gobierno de Maduro.

Es la primera vez que los países congregados en el Grupo de Lima salen de la retórica política y pasan a los hechos.

La declaración del viernes pasado, desde la capital peruana, enunció preceptos sancionatorios generales contra Caracas, pero cada país tendrá toda la autonomía y el respaldo para adoptar sus propias medidas.

EL TIEMPO pudo establecer que Colombia ya comenzó a explorar qué tipo de medidas de este orden podría imponer en un tiempo no muy lejano.

Colombia, con el presidente Iván Duque y su canciller, Carlos Holmes Trujillo, jugó un papel preponderante en el endurecimiento de medidas sancionatorias, sobre todo en el campo económico, en contra del régimen de Maduro.

“De gran importancia la invitación del Grupo de Lima a otros países para que apoyen solicitud presentada a Oficina de Fiscal de CPI, y así avanzar con celeridad en los procedimientos contra la dictadura venezolana, que ha generado una de las peores crisis humanitarias en la región” dijo Duque.

Washington y la Unión Europea ya habían adoptado medidas de este tipo. El gobierno del presidente Donald Trump ha sido el más implacable a la hora de imponer sanciones económicas a Caracas.

El Grupo de Lima anunció también que sus miembros van a trabajar para que los organismos financieros internacionales y regionales adopten un “criterio restrictivo en el otorgamiento de préstamos” al régimen de Maduro.

Este aspecto del bloqueo a los créditos también va a jugar muy en contra del nuevo mandato del líder venezolano, pues la deuda total del país ya supera los 184.000 millones de dólares, ha entrado en mora para el pago de sus obligaciones y su economía se asfixia por falta de divisas. Algunos creen que si bien Maduro ha podido resistir la oposición interna y las presiones políticas de algunos miembros de la comunidad internacional, las sanciones económicas podrían asfixiarlo hasta llevarlo a dejar el poder.

Maduro cuenta con el respaldo de Rusia y China, que le han facilitado créditos con cargo a su petróleo, pero su producción de crudo cada día es menor, y los precios tampoco le ayudan mucho.

En la región, el gobierno de Maduro tendrá el respaldo de Cuba, México, Nicaragua y Bolivia, países con una reducida capacidad de apoyo económico.

Si bien la inminencia de sanciones económicas de los países de la región podría contribuir a empeorar la ya insoportable crisis, las medidas políticas también van a enrarecer mucho más el ambiente.

El grupo decidió pedirle a la Corte Penal Internacional (CPI) que “avance con celeridad” en la investigación por “la comisión de posibles crímenes de lesa humanidad en Venezuela”, por lo cual debería responder Maduro ante ese tribunal.
La reunión de Lima del viernes pasado tuvo otro ingrediente muy significativo desde el punto de vista político: la presencia del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, a través de una videoconferencia.

Pompeo no fue a Lima porque no es miembro de ese grupo, pero su participación en el encuentro mediante videoconferencia dejó claro el interés de Washington en este tema.

Que Washington impulse el endurecimiento de la postura de países de la región contra Maduro no es nuevo, pero fue significativo que Pompeo hubiera viajado a Colombia dos días antes de esa cumbre con el propósito expreso de reunirse con el presidente Duque y mantener ese tema en el primer punto de su agenda común. Duque ha sido un sistemático opositor del régimen de Maduro desde que era legislador. Para el Presidente, el régimen es una “dictadura”.

La postura del mandatario colombiano ha llevado a que Maduro lo acuse de aliarse con Washington para producir su derrocamiento.

El papel protagónico de Colombia en el Grupo de Lima le va a implicar al gobierno de Duque una actitud atenta frente a lo que Maduro decida como estrategia para mantenerse en el poder en medio de la peor crisis jamás vivida por ese país.