Miguel Méndez Rodulfo: Plan País

El 19 de diciembre la Plataforma del Frente Amplio en la que hacen vida la mayoría de los partidos políticos y diversas organizaciones de la sociedad civil, presentó a la Nación su propuesta del llamado Plan País. Hubo una gran concurrencia, sobre todo por la fecha, y las exposiciones fueron muy bien recibidas por los asistentes. Tal como lo dijo Blyde al principio del acto, se trataba de demostrar que la oposición si tiene propuestas que presentar al país. Particularmente me sentí imbuido del espíritu del “Sí se puede” que tantas veces se coreó en el acto. Y me pareció formidable que los partidos hubiesen dedicado tiempo y recursos a pensar en el país y en las soluciones para salir de la enorme crisis que hoy agobia a Venezuela. Creo sinceramente que esto es lo que esperaba el ciudadano. Que le dijeran que el estamento político se está ocupando en buscarle soluciones a los problemas que hoy los agobian y que si hay un camino de esperanzas. Primero fue expuesta la agenda social, luego la económica, posteriormente la agenda de hidrocarburos y por último la agenda legislativa. El contenido de la agenda social se circunscribió a exponer la necesidad de realizar transferencias hacia la sociedad en general y hacia los sectores más pobres y vulnerables en particular: subsidios, becas, distribución de alimentos y medicinas, etc., como una manera humanitaria de recuperar el golpeado nivel de consumo del ciudadano. La agenda económica fue muy bien expuesta por un panel, donde José Guerra, haciendo gala de su gran capacidad didáctica, expuso sus razonamientos con mucha claridad: necesidad de expandir el gasto público, como una manera de recuperar una economía que se halla en el subsuelo, y urgencia de rescatar el “chatarrero” de las empresas públicas mediante la asociación con el capital privado. Los objetivos de la agenda de hidrocarburos fueron expuestos sintéticamente como: recuperar Pdvsa y levantar la producción. La agenda legislativa fue expuesta como un trabajo muy arduo que tendría que acometer el parlamento.

Juan Andrés Mejías, durante la exposición económica, señaló que había fases o etapas que debían cumplirse: urgencia humanitaria, estabilización y reformas estructurales. Señaló que no había una prelación, sino que podían correr en forma concomitante. Alejandro Grisanti y Guerra, aclararon que los fondos provendrían de préstamos de las multilaterales; donaciones de estos organismos, de ONG, así como de gobiernos; renegociación de la deuda, y sobre todo, de la recuperación de la industria petrolera. Habiendo dejado claro todo esto, expreso algunas críticas (que el diputado Mejías aseguró serían bienvenidas) sobre aspectos que me preocupan, pasando por aspectos conceptuales, hasta elementos de fondo: realmente no se trata de un Plan País, ni se va a aplicar el día después. Lo expuesto configura un Acuerdo Nacional (antes de abordar el tema hidrocarburos el diputado Alvarado leyó “los acuerdos” en la materia) sobre los temas presentados ayer, y tal acuerdo sienta las bases para actuar durante un período de corto plazo, alrededor de dos años, que es una fase de “Transición” que se inicia una vez accedamos al poder. Por otra parte me preocupa el financiamiento de las transferencias sociales. Creo que es excesivo el peso puesto en la recuperación del petróleo. Incluso Grisanti habló de un período de 12 años para recuperar la producción petrolera; El Dr. Toro Hardy mencionó 7 años, con inversión en ese período de entre 20 y 30.000 MM de dólares, cada año, para recuperar los 3 MM de barriles. Hay que recordar que recientemente la AIE en un informe sobre Venezuela, expresó que tal recuperación ocurriría en 2040. Rescatar a una Pdvsa en el estado de destrucción en que está y con la enorme burocracia que la carcome, no parece una buena idea. Más estratégico es diseñar la creación de una Agencia Nacional de Hidrocarburos y de un Órgano Regulador del sector, ambos organismos con independencia financiera y administrativa, no dependientes jerárquicamente del ministerio, y cuyas decisiones y estudios sean vinculantes para el ejecutivo. Estos órganos pueden darle viabilidad a la participación del sector privado, pero el regulador, parcelaría en bloques los campos de producción para licitarlos en forma pública y abierta al capital privado. ¡Eso si asegura un levantamiento de producción más rápido, aunque tampoco en el corto plazo! A Pdvsa, hay que dejarla que se decante sola y que compita como una más con las empresas internacionales.

La semana que viene, continúo escribiendo sobre el tema, para luego retomar la saga sobre los Planes Especiales en materia urbanística que venía desarrollando.





¡Feliz navidad!

Miguel Méndez Rodulfo

Caracas 20 de diciembre de 2018