Juan Andrés Mejías, durante la exposición económica, señaló que había fases o etapas que debían cumplirse: urgencia humanitaria, estabilización y reformas estructurales. Señaló que no había una prelación, sino que podían correr en forma concomitante. Alejandro Grisanti y Guerra, aclararon que los fondos provendrían de préstamos de las multilaterales; donaciones de estos organismos, de ONG, así como de gobiernos; renegociación de la deuda, y sobre todo, de la recuperación de la industria petrolera. Habiendo dejado claro todo esto, expreso algunas críticas (que el diputado Mejías aseguró serían bienvenidas) sobre aspectos que me preocupan, pasando por aspectos conceptuales, hasta elementos de fondo: realmente no se trata de un Plan País, ni se va a aplicar el día después. Lo expuesto configura un Acuerdo Nacional (antes de abordar el tema hidrocarburos el diputado Alvarado leyó “los acuerdos” en la materia) sobre los temas presentados ayer, y tal acuerdo sienta las bases para actuar durante un período de corto plazo, alrededor de dos años, que es una fase de “Transición” que se inicia una vez accedamos al poder. Por otra parte me preocupa el financiamiento de las transferencias sociales. Creo que es excesivo el peso puesto en la recuperación del petróleo. Incluso Grisanti habló de un período de 12 años para recuperar la producción petrolera; El Dr. Toro Hardy mencionó 7 años, con inversión en ese período de entre 20 y 30.000 MM de dólares, cada año, para recuperar los 3 MM de barriles. Hay que recordar que recientemente la AIE en un informe sobre Venezuela, expresó que tal recuperación ocurriría en 2040. Rescatar a una Pdvsa en el estado de destrucción en que está y con la enorme burocracia que la carcome, no parece una buena idea. Más estratégico es diseñar la creación de una Agencia Nacional de Hidrocarburos y de un Órgano Regulador del sector, ambos organismos con independencia financiera y administrativa, no dependientes jerárquicamente del ministerio, y cuyas decisiones y estudios sean vinculantes para el ejecutivo. Estos órganos pueden darle viabilidad a la participación del sector privado, pero el regulador, parcelaría en bloques los campos de producción para licitarlos en forma pública y abierta al capital privado. ¡Eso si asegura un levantamiento de producción más rápido, aunque tampoco en el corto plazo! A Pdvsa, hay que dejarla que se decante sola y que compita como una más con las empresas internacionales.
La semana que viene, continúo escribiendo sobre el tema, para luego retomar la saga sobre los Planes Especiales en materia urbanística que venía desarrollando.
¡Feliz navidad!
Miguel Méndez Rodulfo
Caracas 20 de diciembre de 2018