Guaidó constitucional (y II), por Luis Velázquez Alvaray

Guaidó constitucional (y II), por Luis Velázquez Alvaray

La Tiranía no tiene un solo argumento para sostenerse. Constituyeron con palancas violentas un castillo sin base. Se derrumbó con un solo grito de pueblo el 23 de enero.

Hoy Venezuela es un Orinoco crecido por el río de la democracia. Las Tiranías se caracterizan precisamente por desconocer todo ordenamiento legal y por decir mentiras. Desesperado, el Tirano habla de golpe de estado, que es precisamente la base de la maniobra y de la falsedad, ignorando que solo la verdad prevalece y que el rastro de la historia surge en cada camino del país. No hay un solo caserío en Venezuela que pueda defenderles. Es el pueblo que les repudia y no hay patraña que valga. La definición del Doctor Carlos Rojas, sobre Jorge Rodríguez, ante el desenmascaramiento en twitter de la Doctora Tamara Suju, les alcanza a todos:” sufren trastorno de “Personalidad antisocial y además trastorno delirante crónico”.





Este último y definitivo desenlace, comenzó cuando el propio chavismo se puso la soga al cuello con la decisión 156 que atribuía las funciones de la Asamblea Nacional a un TSJ ilegítimo. Igualmente, la delincuencia organizada que ocupa ese TSJ, dictamina limitaciones a la inmunidad parlamentaria. Eran dardos tiránicos contra el pueblo que eligió sus representantes por mayoría avasallante. La comunidad internacional avisa de un golpe de Estado que hasta ahora ha persistido.

Obviamente, que muchos sufrimientos se hubiera ahorrado el país si el llamado del Presidente del parlamento para la época, Julio Borges, hubiera sido atendido: “Los militares tienen que salvar la Constitución”, advirtió.

El gobierno respondió asesinando y reprimiendo; la escalada represiva acabó con la vida de más de 200 venezolanoshasta hoy. Numerosos detenidos, violando leyes y tratados. El abril monstruoso de 2017 bañó de sangre las calles del país, mientras Maduro y su camarilla: Cabello, Aissami, el pistolero Maikel Moreno y el resto de Padrinos y Rodríguez, actuaron brutalmente contra el pueblo, que volvió a tomar las calles este 23 de enero, para no dejarlas nunca más.

La valentía venezolana no se frena con balas y amenazas.

IMPECABLE ACTUACIÓN CONSTITUCIONAL

El Presidente (E) de Venezuela, Juan Guaidó y la Asamblea Nacional, han actuado aferrados plenamente a la Constitución Nacional. Es un deber hacerlo según el mismo texto, y no admite la carta magna discusión en contrario.

Toda esta movilización histórica impulsará cambios estructurales en el país y en América Latina.

En el país se debe establecer un diseño de Estado, que nos permita recuperar el tiempo perdido e incorporarnos en la denominada cuarta oleada industrial, que nos impulse de manera sosteniblea utilizarlos inmensos recursos que posee el país.

Guaidó Constitucional, cuenta con la Asamblea Nacional para establecer una nueva estructura política del Estado Venezolano. No es solamente el CNE y el TSJ. Es todo un andamiaje que debe ser desmontado, para que las nuevas instituciones se integren al servicio de la democracia; convocar la creación de un entramado jurídico que no permita nunca más ni un minuto tiránico como el instaurado por el chavismo, sinónimo de indolencia y criminalidad. Son dos pasos que llenaran a sus ejecutantes de grandeza histórica.

Con respecto a América Latina, esta unidad de pueblos democráticos, debe sentar las bases para desterrar el castro-comunismo y ayudar -ahora con la fuerza de Venezuela- a recuperar la libertad en Cuba, Nicaragua, Bolivia y El Salvador.  También se debe desenmascarar a los falsos apóstoles uruguayos y que los mexicanosse den cuenta que transitar esa carretera termina costando mucho.