Ronald Portillo: Tiqué y discurso en la política venezolana

Ronald Portillo: Tiqué y discurso en la política venezolana

En La Física, Aristóteles utiliza dos términos en la elaboración que hace sobre la función de la causalidad: el automaton y la tiqué.

Estos dos términos han sido traducidos por fortuna y azar respectivamente. La fortuna le sonríe a quien insiste una y otra vez, tratando de obtener un beneficio o una ganancia. “Quien insiste vence” es un comentario utilizado para referirse a que la fortuna termina por favorecer a quien la busca una y otra vez. Solo puede ganar la lotería quien consuetudinariamente juega a ella, alude al surgimiento de un acontecimiento previsible en un momento dado. A este tipo de suceso corresponde el término automaton.

No es el caso de la tiqué, del azar, referido a un acontecimiento particular, se trata del acontecimiento imprevisto.  Alguien que nunca juega a la lotería un día corre el riesgo y resulta ganador. Un evento resultante del más completo azar.





En la política venezolana contemporánea puede apreciarse tanto el ejercicio de la fortuna como del azar. Rafael Caldera fue candidato a la presidencia de la república en varias ocasiones, la fortuna le sonrió en dos oportunidades, sin duda su olfato político le prestó una ayuda considerable a la fortuna política que tuvo.

En el otro extremo podemos ubicar a Juan Guaidó, actual Presidente Encargado de la Presidencia de la República de Venezuela.  Su designación para tan alta investidura puede ser perfectamente referida a la dimensión de la tiqué, del azar, del acontecimiento imprevisto.  Una serie de sucesos condujeron a que Guaidó terminara por ser elegido al azar.  En el orden sucesoral de su partido político, por lo demás bastante vapuleado por el régimen de Maduro, ocupaba un lugar de retaguardia; otros líderes estaban por delante suyo a la hora de ser convocados por la historia para ocupar tan alta distinción.

Una situación tras otra fue marcando el camino trazado por el azar:  cuarto lugar en la permutación que le correspondiera a su partido para encargarse de la Presidencia de la Asamblea Nacional; prisión de Leopoldo López, cabeza del partido Voluntad Popular; exilio de Carlos Veccio, segundo de a bordo de su partido; asilo de Fredy Guevara, tercero en liza, en la Embajada Chile y exclusión de Luis Florido (cuarto en la sucesión) del partido.  A esta serie de descartes sucesivos habría que agregar la resistencia de algunos partidos políticos integrantes de la coalición de partidos de oposición para aceptar que Guaidó fuera designado Presidente de la Asamblea Nacional. Al final terminó por imponerse el respeto al acuerdo contraído y así quedó inscrito el acontecimiento imprevisto de la tiqué que ungió a Juan Guaidó.

En un tiempo record este joven de 35 años se gana el favor de un país entero (84 % de los electores, según Hercon Consultores) con un discurso que preconiza la inclusión en lugar de la confrontación, de la polarización, que marco repetidamente la manera de hacer política frente al chavismo-madurismo. Se entró así en un proceso caracterizado por mantener el mismo discurso de exclusión sostenido por el amo del gobierno. Especularidad de discurso que no permitía encontrar una salida posible.

En el caso de Guaidó una tiqué, un discurso inclusivo y además un pueblo que esperaba con anhelo el surgimiento de un líder generan ahora un marco que presagia un cambio de rumbo político, económico y social para Venezuela.


  • Psicoanalista lacaniano
  • @rapcho