Cuando hablamos con la sinceridad, estamos hablando lo que nos dicta el corazón, Sin embargo existen personas que viven toda su vida aparentando lo que no son en realidad, y eso a medida que va pasando el tiempo a muchos le va ocasionado problemas. La apariencia implica una pérdida de sinceridad y de honestidad con uno mismo, para qué hacer ver a otras personas que no somos quienes somos, de nada vale mentirnos a nosotros mismo haciendo creer a otras personas lo que realmente no somos o quizás lo que realmente no poseemos.
Debemos ser sinceros honestos solo así podemos llevar una vida plena y segura, donde todo saldrá bien. Ser honesto nos conforta el alma, el espíritu, no va llenando de frescura el entorno donde nos rodeamos, Que hermoso ser nosotros mismo sin antifaz, eso nos ayuda a crecer como personas, y saber que siembre abra personas que confíen en nosotros. Tratemos que nuestra vida sea la más cómoda posible sin ir engañando a nadie por el camino que transitamos a diario.
La vida nos brinda a cada segundo lo maravillosa que es porque dañarla con las apariencias, vivamos con lo que poseemos, sin envidiarle nada a nadie, sin críticas, sin falsedades, seamos nosotros mismo, es hermoso poseer esa cobija que nos abriga y nos defiende a las que tomemos decisiones y eso solo lleva un nombre y es LA VERDAD.
EL TIEMPO DE DIOS ES PERFECTO